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La pornografía ha avanzado mucho en las últimas décadas. Bueno, quizá no tanto en contenido, pero sí en accesibilidad.
El hecho es que la mayoría de las fantasías que vemos representadas en el porno existen desde hace cientos de años, pero antes había que hacer algunos esfuerzos para verlas. Por ejemplo, suscribirse a revistas especializadas o ir a un sex shop de mala muerte en un callejón.
Con Internet, nuestros deseos están al alcance de la mano.
Las personas que sienten curiosidad por probar/ver algo distinto al sexo vainilla pueden hacerlo con más facilidad que, por ejemplo, hace treinta años.
Sin embargo, entre los principales medios de comunicación, los algoritmos de los motores de búsqueda y la influencia de las grandes empresas pornográficas, puede ser difícil no aburrirse con las mismas imágenes heteronormativas de cuerpos perfectos que aparecen en nuestras pantallas.
He aquí algunas cosas que estamos hartos de ver en la pornografía:
Producciones de gran presupuesto
Aquí es más una cuestión de resentimiento, pero las mansiones son realmente desagradables.
No sólo es fácil distraerse con las opciones de diseño de interiores, las enormes ventanas que bañan los cuerpos de luz y la pura riqueza de algunas personas, sino que también es difícil no sentir envidia del jacuzzi.
Sobre todo cuando levantas la vista del ordenador y ves la condensación rodar por las ventanillas.
Los mismos cuerpos
Todos los cuerpos son bellos, y no hay una manera correcta o incorrecta de tener un cuerpo, pero a veces el ideal de belleza occidental está en nuestras pantallas más a menudo que no.
Cuando esto ocurre es fácil empezar a sentirse menos que perfecto.
El hecho es que la mayoría de nosotros no estamos representados con el típico aspecto de estrella del porno, y las diferencias se fetichizan en lugar de aceptarse como norma. Por eso es importante que veamos representaciones de nosotras mismas en los medios para sentirnos aceptadas y que nuestros cuerpos pueden ser deseados.
Sexo rutinario
En las relaciones, el sexo a menudo puede volverse predecible.
Sin embargo, ¿por qué ocurre esto en la pornografía?
Es sorprendente la cantidad de vídeos pornográficos que siguen la rutina de desnudarse, toquetearse, sexo oral, penetración vaginal, penetración anal, facial.
Hay demasiadas zonas erógenas que ni siquiera reciben una mirada.
Roles y estereotipos de género
Los juegos de rol son divertidos, pero a veces la falta de creatividad es decepcionante.
Seguramente hemos avanzado lo suficiente como para darnos cuenta de que pocas personas son tan unidimensionales y que los hombres pueden ser secretarios y las mujeres fontaneras.
Ningún espectador espera actores de formación clásica, pero dennos algo fuera de lo común.
Tomarse en serio a uno mismo
El sexo, si se hace bien, es divertido. No recuerdo la última vez que me reí con una película pornográfica.
En serio, comunicaos el uno con el otro.
Los pucheros, los jadeos y el ceño fruncido quedan calientes, pero una sonrisa quedaría igual de bien.
Mal etiquetado.
Hoy en día, muchas personas encuentran pornografía a través de etiquetas y descripciones. Tiene sentido comercial etiquetar el trabajo pornográfico con precisión y minuciosidad.
No limitarse a indicar la sexualidad y las actividades, sino también el tema y los contenidos (incluidos los posibles desencadenantes).
Esto es útil para las personas que comparten los medios con otras; nos ayuda a saber en qué estamos a punto de hacer clic.
¿De qué tropos de pornografía envejecida estás cansado? Deja un comentario más abajo.
Nina es estudiante de posgrado de arte en Brighton. Lo que significa que puede hacer genitales de origami y hacerlos pasar por trabajo. Le gusta reflexionar sobre el género, el consentimiento y la positividad corporal.
