Beneficios de poner límites y cómo hacerlo

Una de las claves para mantener una relación sentimental feliz y sana es establecer los límites de esa relación.

Los beneficios de establecer límites son inmensos. Por ejemplo, si estás en una relación monógama, pero nunca te has tomado el tiempo para ponerte de acuerdo sobre lo que realmente significa ser "monógamo", esto aumenta las probabilidades de que uno de ustedes haga algo que cruza una línea para el otro, convirtiéndose potencialmente en una enorme fuente de conflicto.

Este punto se hace especialmente evidente cuando se analizan las investigaciones sobre cómo la gente define cosas como "engañar". ¿Qué significa realmente Engañar? En un estudio En el que se proporcionó a adultos jóvenes una lista de 27 comportamientos diferentes y se les pidió que valoraran la probabilidad de que cada uno de ellos representara infidelidad, ¡no hubo un 100% de acuerdo en nada!

Por supuesto, la mayoría de la gente estaba de acuerdo en que el contacto genital con otra persona era un indicador fiable de engaño; sin embargo, estaban muy divididos sobre si comportamientos como formar un vínculo emocional, compartir secretos, dar apoyo financiero, salir a cenar y abrazarse durante más de 10 segundos constituían infidelidad.

Los límites pueden ahorrarnos muchos disgustos. Pero, por desgracia, a menudo no nos tomamos el tiempo necesario para establecerlos. En lugar de establecerlos formalmente, solemos asumirlos, y ahí es donde las cosas pueden descarrilarse.

Veamos qué tipos de límites merece la pena establecer y cómo hacerlo. Hay tres tipos principales de límites a tener en cuenta, así que vamos a explorar cada uno de ellos.

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  1. Establecer límites sexuales Hay dos subtipos de límites sexuales a considerar aquí: los límites que conciernen al contacto sexual con tu pareja y los límites que conciernen a las interacciones sexuales con otros. La mayoría de las personas van a tener algunos límites en el tipo de cosas que están dispuestos a hacer sexualmente o con lo que se sienten cómodos cuando se trata de tener relaciones sexuales con una pareja. Esto incluye actos y comportamientos sexuales específicos (por ejemplo, sexo anal, hablar sucio, tríos, kink/BDSM), pero también cosas como la frecuencia con la que quieres tener relaciones sexuales y las medidas que quieres tomar para proteger tu salud sexual (por ejemplo, uso de anticonceptivos o barreras, pruebas regulares de ITS). En otras palabras, ¿hasta dónde estás (y no estás) dispuesto a llegar sexualmente con tu pareja? Más allá de esto, ¿qué interacciones sexuales son aceptables (si las hay) con personas ajenas? Muchas personas deciden abrir su relación hasta cierto punto, aunque suele haber límites en lo que se les permite hacer con otras personas. Pero incluso si quieres una relación estrictamente monógama (es decir, sin contacto sexual físico con otras personas), tienes que pensar en los límites sexuales. Por ejemplo, ¿está bien ver porno, ir a un club de striptease o chatear con una modelo? Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus límites sexuales tanto dentro como fuera de la relación. Reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites; a veces, ¡no los descubrimos hasta que los hemos sobrepasado! Pero un buen punto de partida es pensar en las cosas que te hicieron sentir incómodo en relaciones sexuales anteriores. Establecer límites relacionales Los límites relacionales abarcan una serie de cosas diferentes, incluyendo cómo usted y su pareja pasan su tiempo juntos, cómo manejan sus finanzas, y las conexiones íntimas que cada uno de ustedes tiene fuera de su relación. Es común que las personas en una relación tengan diferentes aficiones e intereses, hábitos de gasto y círculos de amistad, y todas esas cosas pueden convertirse potencialmente en puntos de fricción. Por ejemplo, puede que a tu pareja le guste cenar en la mesa y hablar, mientras que tú prefieres comer en el sofá y ver la televisión. Tal vez a usted le gusta tomarse un café de lujo todos los días de camino al trabajo, pero su pareja piensa que es tirar el dinero. O tal vez tu pareja tiene un buen amigo que a ti te resulta totalmente molesto y no soportas tener cerca. Los límites pueden ayudar en todos estos casos. Puede que sea alternar si coméis en el sofá o en la mesa, dar a cada miembro de la pareja una cierta cantidad de dinero discrecional al mes para que lo gaste como quiera o aceptar que tu pareja tenga una comida semanal con ese amigo a la que tú no tienes por qué asistir. Los límites en las relaciones son muy idiosincrásicos. Puede que tengas ideas de cómo quieres que sean algunos de ellos por relaciones pasadas, pero a menudo no sabemos qué límites necesitamos en una relación determinada hasta que pasamos la fase de luna de miel y empezamos a experimentar puntos de fricción. Un conflicto recurrente sobre algo es una buena señal de que ha llegado el momento de establecer un límite. Establecer límites personales En las relaciones duraderas, los miembros de la pareja suelen enredarse. Se convierten en mejores amigos que pasan todo el tiempo juntos, dejando poco o ningún tiempo para sí mismos. Una de las relaciones más importantes en la vida es la que tienes contigo mismo, y es demasiado fácil descuidarla cuando nuestra vida amorosa se convierte en nuestra única prioridad. Los límites personales se centran en la capacidad de tener tiempo para uno mismo, poder dedicar ese tiempo a lo que uno quiere, practicar el autocuidado y ser capaz de decir no a cosas que uno no quiere hacer, y que eso no se respete. Estos límites serán diferentes en cada situación. Por ejemplo, pueden consistir en reservar un tiempo personal en el calendario cada semana, o tal vez alternar quién tiene tiempo personal y quién cuida de los niños. También podría implicar tener un tiempo de descompresión (20-30 minutos) después del trabajo cada día para desconectar antes de seguir con la noche o una happy hour regular con algunos buenos amigos, sin la pareja. Los detalles varían, pero la clave de los límites personales es que cada miembro de la pareja sea capaz de comunicar qué es lo que necesita, que se sienta capacitado para decir no y que sea capaz de escuchar un no sin tomárselo como algo personal. Consejos para establecer todos estos límites Hasta este punto, hemos hablado de las principales categorías de límites que merece la pena tener en cuenta y de algunos ejemplos de cómo podría ser cada tipo de límite. Pero, ¿cómo establecerlos realmente? En última instancia, todo empieza por ti. Antes de establecer un límite, tienes que tener claro cuáles son tus límites. Tómate un tiempo para pensar en lo que necesitas. Pero, de nuevo, reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites de antemano, y eso está bien. Reconoce también que nuestros límites son flexibles y fluidos. Es muy posible que cambien con el tiempo, y eso también está bien. En la medida en que sepas cuál es un límite importante para ti, lo mejor es establecerlo al principio de la relación. Cuando reconocemos que se está traspasando un límite y permitimos que se traspase repetidamente, puede resultar más difícil establecerlo más adelante porque a tu pareja le parecerá que sale de la nada. A la hora de comunicar un límite, empieza por afirmar a tu pareja. Por ejemplo, si se trata de un límite sexual, puedes empezar diciéndole lo atractiva que te parece y algo que te haya gustado de vuestra última experiencia sexual juntos. A veces, poner límites puede parecer un rechazo, así que la afirmación es una buena forma de iniciar la conversación. A continuación, introduce tu límite y, si te sientes cómodo con él, puedes ofrecer alguna explicación de por qué es un límite. Está bien decir simplemente cuál es tu límite, pero si puedes ofrecerle algún contexto, puedes dar a tu pareja la oportunidad de entenderlo realmente y puede crear una oportunidad para una conexión más profunda. También puedes plantearte proponer una alternativa, algo que sí quieras hacer o intentar en su lugar. En otras palabras, puedes convertir tu "no" en un "sí", lo que suele ser útil para establecer límites sexuales y de otro tipo. Las discusiones sobre límites no tienen por qué ser sólo sobre límites estrictos; también pueden ser sobre nuevas oportunidades y formas de profundizar en vuestra conexión. Otra forma de verlo es que los límites no son sólo los "no", sino también los "sí". Al mantener estas conversaciones, también es importante dar a tu pareja la oportunidad de expresar sus límites y respetarlos. Reacciona ante los límites de tu pareja como te gustaría que reaccionara ante los tuyos. Para llevar Establecer límites en una relación puede resultar difícil, pero es esencial para que la relación funcione correctamente. Tómate un tiempo para considerar tus límites sexuales, relacionales y personales y exprésalos al principio o cuando surjan en una relación. Cuanto más te esfuerces en establecer límites, menos probable será que aparezcan violaciones involuntarias de los mismos. Referencias: Kruger, D. J., Fisher, M. L., Edelstein, R. S., Chopik, W. J., Fitzgerald, C. J., & Strout, S. L. (2013). ¿Ha sido un engaño? Las percepciones varían según el sexo, la ansiedad de apego y el comportamiento. Psicología Evolutiva, 11,159-171.
  2. Establecer límites relacionales Los límites relacionales abarcan una serie de cosas diferentes, incluyendo cómo usted y su pareja pasan su tiempo juntos, cómo manejan sus finanzas, y las conexiones íntimas que cada uno de ustedes tiene fuera de su relación. Es común que las personas en una relación tengan diferentes aficiones e intereses, hábitos de gasto y círculos de amistad, y todas esas cosas pueden convertirse potencialmente en puntos de fricción. Por ejemplo, puede que a tu pareja le guste cenar en la mesa y hablar, mientras que tú prefieres comer en el sofá y ver la televisión. Tal vez a usted le gusta tomarse un café de lujo todos los días de camino al trabajo, pero su pareja piensa que es tirar el dinero. O tal vez tu pareja tiene un buen amigo que a ti te resulta totalmente molesto y no soportas tener cerca. Los límites pueden ayudar en todos estos casos. Puede que sea alternar si coméis en el sofá o en la mesa, dar a cada miembro de la pareja una cierta cantidad de dinero discrecional al mes para que lo gaste como quiera o aceptar que tu pareja tenga una comida semanal con ese amigo a la que tú no tienes por qué asistir. Los límites en las relaciones son muy idiosincrásicos. Puede que tengas ideas de cómo quieres que sean algunos de ellos por relaciones pasadas, pero a menudo no sabemos qué límites necesitamos en una relación determinada hasta que pasamos la fase de luna de miel y empezamos a experimentar puntos de fricción. Un conflicto recurrente sobre algo es una buena señal de que ha llegado el momento de establecer un límite. Establecer límites personales En las relaciones duraderas, los miembros de la pareja suelen enredarse. Se convierten en mejores amigos que pasan todo el tiempo juntos, dejando poco o ningún tiempo para sí mismos. Una de las relaciones más importantes en la vida es la que tienes contigo mismo, y es demasiado fácil descuidarla cuando nuestra vida amorosa se convierte en nuestra única prioridad. Los límites personales se centran en la capacidad de tener tiempo para uno mismo, poder dedicar ese tiempo a lo que uno quiere, practicar el autocuidado y ser capaz de decir no a cosas que uno no quiere hacer, y que eso no se respete. Estos límites serán diferentes en cada situación. Por ejemplo, pueden consistir en reservar un tiempo personal en el calendario cada semana, o tal vez alternar quién tiene tiempo personal y quién cuida de los niños. También podría implicar tener un tiempo de descompresión (20-30 minutos) después del trabajo cada día para desconectar antes de seguir con la noche o una happy hour regular con algunos buenos amigos, sin la pareja. Los detalles varían, pero la clave de los límites personales es que cada miembro de la pareja sea capaz de comunicar qué es lo que necesita, que se sienta capacitado para decir no y que sea capaz de escuchar un no sin tomárselo como algo personal. Consejos para establecer todos estos límites Hasta este punto, hemos hablado de las principales categorías de límites que merece la pena tener en cuenta y de algunos ejemplos de cómo podría ser cada tipo de límite. Pero, ¿cómo establecerlos realmente? En última instancia, todo empieza por ti. Antes de establecer un límite, tienes que tener claro cuáles son tus límites. Tómate un tiempo para pensar en lo que necesitas. Pero, de nuevo, reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites de antemano, y eso está bien. Reconoce también que nuestros límites son flexibles y fluidos. Es muy posible que cambien con el tiempo, y eso también está bien. En la medida en que sepas cuál es un límite importante para ti, lo mejor es establecerlo al principio de la relación. Cuando reconocemos que se está traspasando un límite y permitimos que se traspase repetidamente, puede resultar más difícil establecerlo más adelante porque a tu pareja le parecerá que sale de la nada. A la hora de comunicar un límite, empieza por afirmar a tu pareja. Por ejemplo, si se trata de un límite sexual, puedes empezar diciéndole lo atractiva que te parece y algo que te haya gustado de vuestra última experiencia sexual juntos. A veces, poner límites puede parecer un rechazo, así que la afirmación es una buena forma de iniciar la conversación. A continuación, introduce tu límite y, si te sientes cómodo con él, puedes ofrecer alguna explicación de por qué es un límite. Está bien decir simplemente cuál es tu límite, pero si puedes ofrecerle algún contexto, puedes dar a tu pareja la oportunidad de entenderlo realmente y puede crear una oportunidad para una conexión más profunda. También puedes plantearte proponer una alternativa, algo que sí quieras hacer o intentar en su lugar. En otras palabras, puedes convertir tu "no" en un "sí", lo que suele ser útil para establecer límites sexuales y de otro tipo. Las discusiones sobre límites no tienen por qué ser sólo sobre límites estrictos; también pueden ser sobre nuevas oportunidades y formas de profundizar en vuestra conexión. Otra forma de verlo es que los límites no son sólo los "no", sino también los "sí". Al mantener estas conversaciones, también es importante dar a tu pareja la oportunidad de expresar sus límites y respetarlos. Reacciona ante los límites de tu pareja como te gustaría que reaccionara ante los tuyos. Para llevar Establecer límites en una relación puede resultar difícil, pero es esencial para que la relación funcione correctamente. Tómate un tiempo para considerar tus límites sexuales, relacionales y personales y exprésalos al principio o cuando surjan en una relación. Cuanto más te esfuerces en establecer límites, menos probable será que aparezcan violaciones involuntarias de los mismos. Referencias: Kruger, D. J., Fisher, M. L., Edelstein, R. S., Chopik, W. J., Fitzgerald, C. J., & Strout, S. L. (2013). ¿Ha sido un engaño? Las percepciones varían según el sexo, la ansiedad de apego y el comportamiento. Psicología Evolutiva, 11,159-171.
  3. Establecer límites personales En las relaciones duraderas, los miembros de la pareja suelen enredarse. Se convierten en mejores amigos que pasan todo el tiempo juntos, dejando poco o ningún tiempo para sí mismos. Una de las relaciones más importantes en la vida es la que tienes contigo mismo, y es demasiado fácil descuidarla cuando nuestra vida amorosa se convierte en nuestra única prioridad. Los límites personales se centran en la capacidad de tener tiempo para uno mismo, poder dedicar ese tiempo a lo que uno quiere, practicar el autocuidado y ser capaz de decir no a cosas que uno no quiere hacer, y que eso no se respete. Estos límites serán diferentes en cada situación. Por ejemplo, pueden consistir en reservar un tiempo personal en el calendario cada semana, o tal vez alternar quién tiene tiempo personal y quién cuida de los niños. También podría implicar tener un tiempo de descompresión (20-30 minutos) después del trabajo cada día para desconectar antes de seguir con la noche o una happy hour regular con algunos buenos amigos, sin la pareja. Los detalles varían, pero la clave de los límites personales es que cada miembro de la pareja sea capaz de comunicar qué es lo que necesita, que se sienta capacitado para decir no y que sea capaz de escuchar un no sin tomárselo como algo personal. Consejos para establecer todos estos límites Hasta este punto, hemos hablado de las principales categorías de límites que merece la pena tener en cuenta y de algunos ejemplos de cómo podría ser cada tipo de límite. Pero, ¿cómo establecerlos realmente? En última instancia, todo empieza por ti. Antes de establecer un límite, tienes que tener claro cuáles son tus límites. Tómate un tiempo para pensar en lo que necesitas. Pero, de nuevo, reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites de antemano, y eso está bien. Reconoce también que nuestros límites son flexibles y fluidos. Es muy posible que cambien con el tiempo, y eso también está bien. En la medida en que sepas cuál es un límite importante para ti, lo mejor es establecerlo al principio de la relación. Cuando reconocemos que se está traspasando un límite y permitimos que se traspase repetidamente, puede resultar más difícil establecerlo más adelante porque a tu pareja le parecerá que sale de la nada. A la hora de comunicar un límite, empieza por afirmar a tu pareja. Por ejemplo, si se trata de un límite sexual, puedes empezar diciéndole lo atractiva que te parece y algo que te haya gustado de vuestra última experiencia sexual juntos. A veces, poner límites puede parecer un rechazo, así que la afirmación es una buena forma de iniciar la conversación. A continuación, introduce tu límite y, si te sientes cómodo con él, puedes ofrecer alguna explicación de por qué es un límite. Está bien decir simplemente cuál es tu límite, pero si puedes ofrecerle algún contexto, puedes dar a tu pareja la oportunidad de entenderlo realmente y puede crear una oportunidad para una conexión más profunda. También puedes plantearte proponer una alternativa, algo que sí quieras hacer o intentar en su lugar. En otras palabras, puedes convertir tu "no" en un "sí", lo que suele ser útil para establecer límites sexuales y de otro tipo. Las discusiones sobre límites no tienen por qué ser sólo sobre límites estrictos; también pueden ser sobre nuevas oportunidades y formas de profundizar en vuestra conexión. Otra forma de verlo es que los límites no son sólo los "no", sino también los "sí". Al mantener estas conversaciones, también es importante dar a tu pareja la oportunidad de expresar sus límites y respetarlos. Reacciona ante los límites de tu pareja como te gustaría que reaccionara ante los tuyos. Para llevar Establecer límites en una relación puede resultar difícil, pero es esencial para que la relación funcione correctamente. Tómate un tiempo para considerar tus límites sexuales, relacionales y personales y exprésalos al principio o cuando surjan en una relación. Cuanto más te esfuerces en establecer límites, menos probable será que aparezcan violaciones involuntarias de los mismos. Referencias: Kruger, D. J., Fisher, M. L., Edelstein, R. S., Chopik, W. J., Fitzgerald, C. J., & Strout, S. L. (2013). ¿Ha sido un engaño? Las percepciones varían según el sexo, la ansiedad de apego y el comportamiento. Psicología Evolutiva, 11,159-171.
  4. Consejos para establecer todos estos límites Hasta este punto, hemos hablado de las principales categorías de límites que merece la pena tener en cuenta y de algunos ejemplos de cómo podría ser cada tipo de límite. Pero, ¿cómo establecerlos realmente? En última instancia, todo empieza por ti. Antes de establecer un límite, tienes que tener claro cuáles son tus límites. Tómate un tiempo para pensar en lo que necesitas. Pero, de nuevo, reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites de antemano, y eso está bien. Reconoce también que nuestros límites son flexibles y fluidos. Es muy posible que cambien con el tiempo, y eso también está bien. En la medida en que sepas cuál es un límite importante para ti, lo mejor es establecerlo al principio de la relación. Cuando reconocemos que se está traspasando un límite y permitimos que se traspase repetidamente, puede resultar más difícil establecerlo más adelante porque a tu pareja le parecerá que sale de la nada. A la hora de comunicar un límite, empieza por afirmar a tu pareja. Por ejemplo, si se trata de un límite sexual, puedes empezar diciéndole lo atractiva que te parece y algo que te haya gustado de vuestra última experiencia sexual juntos. A veces, poner límites puede parecer un rechazo, así que la afirmación es una buena forma de iniciar la conversación. A continuación, introduce tu límite y, si te sientes cómodo con él, puedes ofrecer alguna explicación de por qué es un límite. Está bien decir simplemente cuál es tu límite, pero si puedes ofrecerle algún contexto, puedes dar a tu pareja la oportunidad de entenderlo realmente y puede crear una oportunidad para una conexión más profunda. También puedes plantearte proponer una alternativa, algo que sí quieras hacer o intentar en su lugar. En otras palabras, puedes convertir tu "no" en un "sí", lo que suele ser útil para establecer límites sexuales y de otro tipo. Las discusiones sobre límites no tienen por qué ser sólo sobre límites estrictos; también pueden ser sobre nuevas oportunidades y formas de profundizar en vuestra conexión. Otra forma de verlo es que los límites no son sólo los "no", sino también los "sí". Al mantener estas conversaciones, también es importante dar a tu pareja la oportunidad de expresar sus límites y respetarlos. Reacciona ante los límites de tu pareja como te gustaría que reaccionara ante los tuyos. Para llevar Establecer límites en una relación puede resultar difícil, pero es esencial para que la relación funcione correctamente. Tómate un tiempo para considerar tus límites sexuales, relacionales y personales y exprésalos al principio o cuando surjan en una relación. Cuanto más te esfuerces en establecer límites, menos probable será que aparezcan violaciones involuntarias de los mismos. Referencias: Kruger, D. J., Fisher, M. L., Edelstein, R. S., Chopik, W. J., Fitzgerald, C. J., & Strout, S. L. (2013). ¿Ha sido un engaño? Las percepciones varían según el sexo, la ansiedad de apego y el comportamiento. Psicología Evolutiva, 11,159-171.
  5. Para llevar Establecer límites en una relación puede resultar difícil, pero es esencial para que la relación funcione correctamente. Tómate un tiempo para considerar tus límites sexuales, relacionales y personales y exprésalos al principio o cuando surjan en una relación. Cuanto más te esfuerces en establecer límites, menos probable será que aparezcan violaciones involuntarias de los mismos. Referencias: Kruger, D. J., Fisher, M. L., Edelstein, R. S., Chopik, W. J., Fitzgerald, C. J., & Strout, S. L. (2013). ¿Ha sido un engaño? Las percepciones varían según el sexo, la ansiedad de apego y el comportamiento. Psicología Evolutiva, 11,159-171.

Establecer límites sexuales

Hay dos subtipos de límites sexuales a considerar aquí: los límites que conciernen al contacto sexual con tu pareja y los límites que conciernen a las interacciones sexuales con otros.

La mayoría de las personas van a tener algunos límites en el tipo de cosas que están dispuestos a hacer sexualmente o con lo que se sienten cómodos cuando se trata de tener relaciones sexuales con una pareja. Esto incluye actos y comportamientos sexuales específicos (por ejemplo, sexo anal, hablar sucio, tríos, kink/BDSM), pero también cosas como la frecuencia con la que quieres tener relaciones sexuales y las medidas que quieres tomar para proteger tu salud sexual (por ejemplo, uso de anticonceptivos o barreras, pruebas regulares de ITS). En otras palabras, ¿hasta dónde estás (y no estás) dispuesto a llegar sexualmente con tu pareja?

Más allá de esto, ¿qué interacciones sexuales son aceptables (si las hay) con personas ajenas? Muchas personas deciden abrir su relación hasta cierto punto, aunque suele haber límites en lo que se les permite hacer con otras personas. Pero incluso si quieres una relación estrictamente monógama (es decir, sin contacto sexual físico con otras personas), tienes que pensar en los límites sexuales. Por ejemplo, ¿está bien ver porno, ir a un club de striptease o chatear con una modelo?

Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus límites sexuales tanto dentro como fuera de la relación. Reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites; a veces, ¡no los descubrimos hasta que los hemos sobrepasado! Pero un buen punto de partida es pensar en las cosas que te hicieron sentir incómodo en relaciones sexuales anteriores.

Establecer límites relacionales

Los límites relacionales abarcan una serie de cosas diferentes, incluyendo cómo usted y su pareja pasan su tiempo juntos, cómo manejan sus finanzas, y las conexiones íntimas que cada uno de ustedes tiene fuera de su relación.

Es común que las personas en una relación tengan diferentes aficiones e intereses, hábitos de gasto y círculos de amistad, y todas esas cosas pueden convertirse potencialmente en puntos de fricción.

Por ejemplo, puede que a tu pareja le guste cenar en la mesa y hablar, mientras que tú prefieres comer en el sofá y ver la televisión. Tal vez a usted le gusta tomarse un café de lujo todos los días de camino al trabajo, pero su pareja piensa que es tirar el dinero. O tal vez tu pareja tiene un buen amigo que a ti te resulta totalmente molesto y no soportas tener cerca.

Los límites pueden ayudar en todos estos casos. Puede que sea alternar si coméis en el sofá o en la mesa, dar a cada miembro de la pareja una cierta cantidad de dinero discrecional al mes para que lo gaste como quiera o aceptar que tu pareja tenga una comida semanal con ese amigo a la que tú no tienes por qué asistir.

Los límites en las relaciones son muy idiosincrásicos. Puede que tengas ideas de cómo quieres que sean algunos de ellos por relaciones pasadas, pero a menudo no sabemos qué límites necesitamos en una relación determinada hasta que pasamos la fase de luna de miel y empezamos a experimentar puntos de fricción. Un conflicto recurrente sobre algo es una buena señal de que ha llegado el momento de establecer un límite.

Establecer límites personales

En las relaciones duraderas, los miembros de la pareja suelen enredarse. Se convierten en mejores amigos que pasan todo el tiempo juntos, dejando poco o ningún tiempo para sí mismos.

Una de las relaciones más importantes en la vida es la que tienes contigo mismo, y es demasiado fácil descuidarla cuando nuestra vida amorosa se convierte en nuestra única prioridad.

Los límites personales se centran en la capacidad de tener tiempo para uno mismo, poder dedicar ese tiempo a lo que uno quiere, practicar el autocuidado y ser capaz de decir no a cosas que uno no quiere hacer, y que eso no se respete.

Estos límites serán diferentes en cada situación. Por ejemplo, pueden consistir en reservar un tiempo personal en el calendario cada semana, o tal vez alternar quién tiene tiempo personal y quién cuida de los niños.

También podría implicar tener un tiempo de descompresión (20-30 minutos) después del trabajo cada día para desconectar antes de seguir con la noche o una happy hour regular con algunos buenos amigos, sin la pareja.

Los detalles varían, pero la clave de los límites personales es que cada miembro de la pareja sea capaz de comunicar qué es lo que necesita, que se sienta capacitado para decir no y que sea capaz de escuchar un no sin tomárselo como algo personal.

Consejos para establecer todos estos límites

Hasta este punto, hemos hablado de las principales categorías de límites que merece la pena tener en cuenta y de algunos ejemplos de cómo podría ser cada tipo de límite. Pero, ¿cómo establecerlos realmente?

En última instancia, todo empieza por ti. Antes de establecer un límite, tienes que tener claro cuáles son tus límites. Tómate un tiempo para pensar en lo que necesitas.

Pero, de nuevo, reconoce que no siempre conocemos todos nuestros límites de antemano, y eso está bien. Reconoce también que nuestros límites son flexibles y fluidos. Es muy posible que cambien con el tiempo, y eso también está bien.

En la medida en que sepas cuál es un límite importante para ti, lo mejor es establecerlo al principio de la relación. Cuando reconocemos que se está traspasando un límite y permitimos que se traspase repetidamente, puede resultar más difícil establecerlo más adelante porque a tu pareja le parecerá que sale de la nada.

A la hora de comunicar un límite, empieza por afirmar a tu pareja. Por ejemplo, si se trata de un límite sexual, puedes empezar diciéndole lo atractiva que te parece y algo que te haya gustado de vuestra última experiencia sexual juntos. A veces, poner límites puede parecer un rechazo, así que la afirmación es una buena forma de iniciar la conversación.

A continuación, introduce tu límite y, si te sientes cómodo con él, puedes ofrecer alguna explicación de por qué es un límite. Está bien decir simplemente cuál es tu límite, pero si puedes ofrecerle algún contexto, puedes dar a tu pareja la oportunidad de entenderlo realmente y puede crear una oportunidad para una conexión más profunda.

También puedes plantearte proponer una alternativa, algo que sí quieras hacer o intentar en su lugar. En otras palabras, puedes convertir tu "no" en un "sí", lo que suele ser útil para establecer límites sexuales y de otro tipo. Las discusiones sobre límites no tienen por qué ser sólo sobre límites estrictos; también pueden ser sobre nuevas oportunidades y formas de profundizar en vuestra conexión.

Otra forma de verlo es que los límites no son sólo los "no", sino también los "sí".

Al mantener estas conversaciones, también es importante dar a tu pareja la oportunidad de expresar sus límites y respetarlos. Reacciona ante los límites de tu pareja como te gustaría que reaccionara ante los tuyos.

Para llevar

Establecer límites en una relación puede resultar difícil, pero es esencial para que la relación funcione correctamente.

Tómate un tiempo para considerar tus límites sexuales, relacionales y personales y exprésalos al principio o cuando surjan en una relación. Cuanto más te esfuerces en establecer límites, menos probable será que aparezcan violaciones involuntarias de los mismos.

Referencias:

Kruger, D. J., Fisher, M. L., Edelstein, R. S., Chopik, W. J., Fitzgerald, C. J., & Strout, S. L. (2013). ¿Ha sido un engaño? Las percepciones varían según el sexo, la ansiedad de apego y el comportamiento. Psicología Evolutiva, 11, 159-171.

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Paulina López

Me llamo Paulina López y he pasado los últimos diez años de mi vida explorando el siempre cambiante mundo de los juguetes sexuales. Como mujer, creo que comprender nuestro propio cuerpo, abrazar nuestros deseos y buscar el placer son componentes esenciales de una vida plena. El propósito de esta autobiografía es compartir mi trayectoria como revisora de juguetes sexuales, las experiencias y lecciones que he aprendido, y el impacto que mi trabajo ha tenido en mi crecimiento personal y en la vida de los demás.

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