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El BDSM es toda una cultura. Las prácticas en las que intervienen un dominante y un sumiso siguen despertando el interés de muchas personas, y el atractivo de estas prácticas puede explicarse de varias maneras.
Películas como "Cincuenta sombras de Grey" abrieron aún más la puerta a estas prácticas, que empezaron a percibirse como una forma extrema de sensualidad.
La fascinación de la gente por ellas puede verse en la abundancia de materiales disponibles, tanto online como offline, en forma de libros, foros y comunidades. Pero, ¿cuál es la psicología que subyace a estos comportamientos? Y, más concretamente, ¿por qué el castigo del clítoris es un tipo de placer intenso?
La psicología detrás del BDSM
El BDSM engloba una serie de prácticas cuya esencia puede deducirse de las abreviaturas utilizadas para referirse a esta cultura. El bondage y la disciplina, la dominación y la sumisión, el sadismo y el masoquismo son elementos centrales del BDSM. En otras palabras, podemos decir que el BDSM trata de juegos de rol, pero la regla es simple: alguien está al mando, mientras que otro está dominado.
Existe la idea errónea de que el BDSM se basa en el dolor. En realidad, el BDSM tiene que ver con la confianza, la comunicación y la seguridad de la pareja. Es imposible disfrutar de estas prácticas, que implican situaciones extremas, sin estos elementos esenciales.
Dado que siempre ha existido un estigma asociado a las personas que practican BDSM, en 2008 se realizó un estudio centrado en la Características psicosociales de los participantes en BDSM
Según el estudio, las personas interesadas en el BDSM no están más ansiosas o deprimidas que las que no se sienten atraídas por este tipo de actividad sexual. De hecho, el estudio descubrió que los hombres que practican BDSM obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en una escala de angustia psicológica en comparación con los hombres que no participan en BDSM.
El sadismo y el masoquismo están clasificados como trastornos mentales por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) sólo si causan un estrés significativo o si la otra parte no da su consentimiento. En consecuencia, podemos concluir que el BDSM es una práctica perfectamente normal basada en la curiosidad y la seguridad, siempre que la comunicación entre los miembros de la pareja sea clara y todo sea consentido.
¿Qué es el castigo del clítoris?
El castigo del clítoris es una práctica BDSM en la que el clítoris es sometido a presión o dolor. Como ya se ha dicho, esta práctica, como todas las demás que implican actividades sexuales, incluidas las prácticas BDSM, debe ser consentida. El objetivo de esta práctica es experimentar placer sadomasoquista, tanto para el dominante como para el sumiso.
La excitación sexual se produce por la estimulación genital, aunque ésta sea dolorosa. La capacidad de los individuos para tolerar y disfrutar de ese dolor varía enormemente.
Fisiológicamente, la práctica aumenta el flujo sanguíneo a los genitales al tiempo que libera endorfinas y hormonas. Aun así, algunas técnicas son extremadamente peligrosas e inseguras, y muchas plantean importantes riesgos para la salud; por lo tanto, deben tomarse las precauciones adecuadas. En este contexto, existen incluso talleres de BDSM en los que se analizan dichas prácticas con el fin de reducir cualquier posible incomodidad.
Técnicas utilizadas en el castigo del clítoris
Dado que el castigo del clítoris es una práctica bastante común entre la comunidad BDSM, hay una variedad de maneras de llevarlo a cabo.
- Perforación del clítoris: El uso de un piercing enganchado al clítoris es una de las prácticas más comunes. Por supuesto, el piercing debe ser realizado por un profesional en un entorno seguro, pero una vez que la zona cicatriza, existen diversas técnicas que consisten en aplicar presión y dolor en el clítoris a través del piercing para alcanzar el placer sexual.
- Juego de impacto: Las cosas son aún más sencillas cuando se trata del juego de impacto. Este método consiste en golpear el clítoris con la mano o con una paleta de azotes.
- Sujeción: Normalmente, para este método se utilizan pinzas genitales, diseñadas específicamente para este fin o pinzas para pezones, fórceps o pinzas para la ropa. Las pinzas deben sujetarse al capuchón del clítoris para restringir el flujo sanguíneo. El uso de pinzas con peso o de pesos fijados a pinzas estándar puede potenciar el efecto de las pinzas.
- Cera: Este método consiste en aplicar cera caliente en el capuchón del clítoris. A veces se utilizan pinzas para mantener los labios abiertos y facilitar el proceso, pero no debe gotear cera en la vagina. La cera diseñada específicamente para el BDSM está disponible en el mercado y es más segura que otros tipos de cera.
- Succión: La succión es otro método utilizado para castigar el clítoris. Esto requiere una bomba de clítoris o incluso un Vibrador succionador de clítoris Con modos de succión, tales como P. Gato. Estos juguetes aumentan el flujo sanguíneo a las zonas afectadas. La experiencia puede ser excitante, y la irrigación de sangre en los genitales puede hacer que la zona sea más sensible una vez retirado el dispositivo.
- Orgasmo forzado: Los orgasmos forzados pueden inducirse utilizando un juguete sexual con vibraciones intensas, como un Vibrador de varita O cualquier otro juguete sexual para chupar el clítoris, que se ate en su sitio y estimule el clítoris de forma constante y consistente.
Consejos y trucos para principiantes
Hay ciertos consejos que debes tener en cuenta si estás interesado en experimentar con esta área de la cultura BDSM para asegurarte de que, a pesar de la presión y el dolor aplicados al clítoris, la experiencia seguirá produciendo un intenso placer para ambos miembros de la pareja.
Comunícate con tu pareja
La comunicación es crucial para cualquier práctica BDSM, como se mencionó al principio del artículo. En primer lugar, habla de esta fantasía con tu pareja. Hablad de vuestras preocupaciones, así como de los factores que os han llevado a esta fantasía. Debéis ser sinceros el uno con el otro para crear ciertos límites de inmediato.
Decidir una palabra de seguridad
Establecer una palabra o gesto seguro que la pareja en posición dominante pueda leer al instante y detener es otro aspecto que debéis tener en cuenta. Cuando se trata de este tipo de prácticas, las cosas pueden ponerse bastante intensas, por lo tanto es crucial tener un botón que sepas que puedes pulsar si quieres que la experiencia se tome un respiro o termine.
Empezar despacio
El principio puede ser desafiante y confuso, como todo lo nuevo. Por eso se recomienda empezar poco a poco. Elige un único enfoque que ambos estéis dispuestos a explorar, y luego ve con cautela y cuidado con cada nuevo paso. Puedes aumentar la intensidad de las técnicas empleadas a medida que aprendas más sobre esta práctica y acumules cierta experiencia.
¡Concluyendo!
A pesar de las diversas percepciones, el BDSM es muy natural y, en realidad, todo gira en torno al placer, la conexión entre la pareja y la confianza plena.
Sin embargo, al tratarse de una técnica que implica dolor y presión, es importante empezar poco a poco, con poca intensidad. Disfrutarás de cada paso de este viaje hacia el dominio de las técnicas BDSM, o más concretamente, del castigo del clítoris, a medida que vayas aprendiendo poco a poco.