¡No te limites a meterme la polla!
El sexo es una de esas increíbles partes de la vida que se presentan en diferentes formas, tamaños, movimientos, ruidos, posiciones y sensaciones. Varía de una persona a otra y de una relación a otra, y puede ser prácticamente cualquier cosa del menú sexual. Entonces, ¿por qué damos tanta importancia a la penetración?
Hay mucho más que disfrutar del sexo además de la penetración y aquí tienes cinco ejemplos de los muchos que hay.
1. Besarse
Cómo echo de menos una buena sesión de besos. Si eres un joven estudiante soltero como yo y mis amigos, probablemente ya hayas entrado en la etapa en la que el rollo de una noche o la aventura de un mes son prácticas habituales.
Besarse, diría yo, es un privilegio que sólo las personas con pareja pueden disfrutar de verdad a nuestra edad, y como una sesión así es ahora una rareza, la ansiamos tanto como el sexo con penetración. El sexo en seco, tocarse con la ropa puesta y besar esos dulces labios (los de la cara, obviamente) es algo que yo, y sé que otros, echamos de menos y adoramos. Así que ¡hagámoslo más!
2. Masajeando
Se puede debatir si esto es un "acto sexual" o no, pero sin duda podemos convertirlo en un acto sexual. Coge un poco de aceite de masaje (te sugiero uno comestible), viértelo sobre tu pareja y empieza a frotar, lenta y sensualmente.
Acércate con cuidado a sus zonas erógenas y, si tienes un poco de ese aceite comestible, no estaría de más un poco de acción con la lengua y la boca. Si de verdad quieres excitarlas, ¿qué hay de malo en provocarlas un poco mientras bajas? De repente te das cuenta de que "oh, espera, creo que me he dejado un sitio ahí arriba".
3. Oral
A veces siento como si mi coño fuera una maldita ala de pollo y me la estuvieran mordisqueando para acabársela… ¡eek! Otras veces la gente se ha negado a chupármela después de que yo se la haya chupado a ellos… Quiero decir, ¿alguna vez has oído hablar de la igualdad, colega? Estamos en el siglo XXI, por el amor de Dios.
A la gente que ha dominado el sexo oral a mi edad (21 años), aplausos para todos. Cuando lo haces bien, la experiencia sexual es mucho mejor. Provocar a tu pareja mientras vas bajando poco a poco, cambiando el ritmo y el lugar, y con la ventaja de lubricar a tu pareja para la penetración, yo digo que todos salimos ganando.
4. Juguetes
¡Normaliza los juguetes en la cama! No, no el conejito de peluche que tienes desde que tenías dos años, es hora de guardarlo. Vibradores, consoladores, plugs, anillos… todo lo que se te ocurra puede ser muy divertido y excitante. Lo bueno de los juguetes es que puedes utilizarlos durante todo el juego -antes, durante y después de la penetración-, añadiendo una nueva sensación (a veces insuperable).
Aunque la gente joven como yo se está iniciando en el uso de los juguetes, cuando lo que se lleva son los rollos de una noche, puede resultar un poco desalentador sacar el vibrador. Pero hazlo.
Pregúntale a la persona con la que te acuestas si te parece bien y hazle saber que te hace sentir bien. Si alguien decide privarte del alucinante orgasmo que puede proporcionarte un vibrador sin una buena razón, dile que eso suena como una broma. Iss-you, no un Iss-me.
5. Dedos
Esto a veces puede ser el infierno en la tierra, pero bien hecho… vaya. Si ahora estás pensando, ¿cómo pueden salir mal las digitaciones, si las metes ahí arriba? – Ah bueno, puede que tengas algo que aprender. El movimiento, la velocidad, la agilidad, la humedad (lo siento), son factores decisivos para una buena digitación.
Después de hablar con tu pareja y averiguar lo que le gusta -o quizá averiguarlo con tus propias manos-, una vez que has descubierto su belleza, ya no hay vuelta atrás. A mí me encanta alternar la penetración y la digitación para darle un toque picante al asunto. Pero cada uno a lo suyo.
Olivia Di Iorio es una estudiante universitaria de Perth. Cree firmemente que el sexo es divertido y gracioso, por lo que no le importa que la gente se ría no sólo con ella, sino también de ella, cuando escribe sobre sus escapadas de joven adulta.