¿Te callas tus deseos sexuales? No eres el único. A pesar de que la mayoría de nosotros somos sexualmente activos, parece que podemos ser un poco reacios a hablar de lo que pasa (o lo que no pasa) en el dormitorio.
Los resultados de esta encuesta sugieren que el uso de juguetes sexuales, el bondage y el BDSM, el sexo con varias parejas y ver porno se encuentran entre las diez fantasías de las que más nos cuesta hablar con nuestras parejas. Dos de cada cinco de nosotras dudamos a la hora de soltar la lengua cuando algo nos excita y, de media, los hombres tienen el doble de probabilidades de preocuparse por la reacción de su pareja cuando hablan de sus propias fantasías sexuales.
Pero la cuestión es que nuestros Mapas Sexuales globales indican que estamos más despiertos sexualmente que nunca, y no hay razón para mantener esos pensamientos eróticos en secreto, así que ¡hablemos!
Según casi todos los terapeutas sexuales cualificados (créenos, hemos hablado con unos cuantos), comunicar nuestros deseos sexuales y nuestras fantasías más arraigadas es la clave para llevar una vida sexual más plena y feliz. Aunque, para algunos, iniciar esa conversación no resulta tan natural.
Si te cuesta encontrar el momento, el lugar o las palabras adecuadas para iniciar la conversación, hemos reunido nuestros mejores consejos para hablar de todo lo relacionado con el sexo.
Comprende tus propios deseos sexuales
Comprender nuestros propios pensamientos y sentimientos eróticos puede ayudarnos a dar forma a nuestras relaciones íntimas y a nuestra felicidad sexual. A muchos nos cuesta hablar abiertamente de nuestras fantasías, sobre todo si nuestras manías más eróticas se consideran tabú.
A veces nos avergonzamos de nuestros deseos sexuales y permitimos que el miedo nos impida disfrutar plenamente de algunos de nuestros mayores placeres. Por eso es tan importante comprender nuestros propios sentimientos.
Antes de iniciar la conversación, tómate tu tiempo para pensar cuáles son tus fantasías y qué pueden significar. ¿Son pensamientos eróticos nuevos para ti? ¿Te gustaría representarlos en la vida real? ¿Sus deseos se inspiran en experiencias pasadas o son simplemente una llamada a experimentar más?
Sea lo que sea, siéntete a gusto con tus propias fantasías sexuales antes de invitar a tu pareja a hablar de ellas.
Elige el momento adecuado
En algunos casos, el momento lo es todo. Como ocurre con la mayoría de las conversaciones difíciles, habrá un momento, un lugar y una forma adecuados de comunicar tus deseos sexuales a tu pareja.
Cuanto más relajados estéis los dos, más fácil fluirá la conversación y, en definitiva, será más ventajosa para ambos.
Podrías pensar que el "momento perfecto" sería durante, antes o después del sexo, pero muchos terapeutas sexuales aconsejan llevar la conversación fuera del dormitorio.
Hablar en el calor del momento es más probable que suscite preocupaciones de inadecuación, te deje a ti o a tu pareja sintiéndose vulnerable o plantee preguntas sobre el rendimiento sexual.
En lugar de eso, te sugerimos que saques el tema de conversación en un ambiente más relajado pero menos sexual. Si tu pareja es una persona sensible por naturaleza, puede ser bueno avisar con antelación sugiriendo una hora y un lugar para hablar de ello.
Inicia la conversación
El tiempo ya está fijado, pero ¿cómo iniciar la conversación? Comunicar abiertamente nuestros deseos y fantasías sexuales puede parecer desalentador, pero hay muchas formas de hacerlo sin que tú (o tu pareja) os sintáis presionados.
Si a los dos os gusta ver una película acompañada de una copa de vino, ¿podríais elegir algo erótico para ver juntos?
Incluso algo tan simple como esto es a menudo suficiente para desencadenar una conversación ligera sobre sus propias fantasías sexuales. (Cincuenta sombras de Grey, ¿alguien quiere?)
Jugar a un juego juntos también puede ser un buen inicio de conversación. Desde juegos de mesa, hasta cartas sensuales y dados para juegos preliminares, hay muchos juegos disponibles en Internet. Por supuesto, si los dos sois bastante abiertos en general, podéis entablar conversación si os sentís lo suficientemente seguros.
Si tus necesidades requieren un toque de comunicación sutil sin una conversación en toda regla, deslizar un libro sugerente como este bajo la almohada de tu amante puede ser la solución.
Sé claro y confiado
Es poco probable que hablar de tus necesidades y deseos sexuales te resulte provechoso si no estás preparado para ser claro y específico.
Sugerir casualmente que te gustaría probar algo nuevo o diferente en el dormitorio podría hacer que tanto tú como tu amante os sintierais frustrados.
En lugar de eso, tómate tu tiempo para describir tus fantasías, explícale a tu pareja si son fantasías que te gustaría recrear en el dormitorio, o simplemente fantasías con las que te gusta jugar en tu mente durante la agonía de la pasión.
Cuanto más puedas dar, más recibirás a cambio. ¿Lo quieres más duro, más suave, más lento? ¿Fantaseas con el bondage, los juegos de poder o con introducir a un tercero en tu relación sexual? Puede que sólo quieras más o menos intimidad. En cualquier caso, tendrás que ser específico para que tu amante entienda exactamente lo que intentas comunicarle.
A veces la conversación requiere algo más que una charla entre los dos. Para esos casos, puede ser útil la opinión de un experto.
Sé afirmativo, no crítico
Hay dos formas de enfocar una conversación sobre sexo e intimidad: la primera es centrarse demasiado en lo negativo y la segunda, cargar a tu amante de afirmaciones sobre lo que le hace sentir bien.
Recuerda que el sexo es un acto de intimidad profundamente personal e incluso si tu conversación no elude el rendimiento, puede ser demasiado fácil sentirse amenazado o inadecuado cuando se plantea el tema.
Tómate tu tiempo para afirmar y asegurarte de que tu lenguaje no parece crítico. Frases como "Me encanta cuando haces eso" o "Me encantaría que probáramos [algo] juntos" pueden provocar una reacción más positiva. Las palabras de afirmación pueden empoderar a tu amante, infundiéndole más confianza para probar las fantasías que has descrito.
Deja entrar a tu amante
Recuerda que la intimidad sexual suele ser un acto entre dos. Preguntar a tu pareja sobre sus expectativas, deseos y fantasías sexuales es tan importante como divulgar las tuyas.
Puede que ambos compartáis las mismas fantasías o que tu pareja tenga otras que también le gustaría explorar.
Muestra siempre curiosidad por lo que puede o no excitarle, habla de sus límites y deseos y no tengas miedo de pedirle opinión sobre lo que ya has probado y que puede o no sentarle bien. Uno de los ingredientes clave de una relación sexual sana es el deseo de aprender continuamente el uno del otro.
Deja que tu pareja hable tan abiertamente como desees, y la conversación y los resultados finales serán mucho más satisfactorios para ambos.
No temas el rechazo
La realidad es que todos somos diferentes y con ello, viene una gama variable de fantasías, manías y deseos sexuales.
Por muy unidos que parezcáis tu pareja y tú, es perfectamente normal tropezar con algunas discrepancias en los gustos sexuales.
Puede que uno de los dos sea más pervertido que el otro, o que uno de los dos sea más conservador a la hora de abordar el sexo y la intimidad.
Algunas fantasías y deseos sexuales pueden sobrepasar los límites de tu amante, aunque a ti te parezcan especialmente atractivos. Tenlo en cuenta y no temas el rechazo cuando inicies una conversación sobre tu relación sexual. Puede que tu pareja no esté dispuesta a probar o discutir algo que tú deseas; entender por qué ocurre esto determinará si debes dejar la conversación ahí.
Si tu pareja no ha rechazado tu sugerencia, pero parece recelosa, puede que merezca la pena orientar la conversación en torno a cómo podéis empezar a experimentar los dos de una forma que primero parezca menos intensa.
Busca apoyo
Por supuesto, no todas las conversaciones en torno al sexo y la intimidad pueden resolverse fácilmente entre dos personas. A veces, asuntos más complejos pueden iniciar vuestra necesidad de hablar.
Ciertas cuestiones como la salud mental y la ansiedad, la salud física y el bienestar, los cambios naturales de la vida como la menopausia, u otros problemas relacionados con el sexo como la libido conflicitng, la disfunción eréctil y mucho más, pueden requerir la opinión de un experto.
Así que recuerde, aunque conversar con su pareja es una forma estupenda de mejorar su vida sexual, también puede ser una buena idea hablar con otras personas.
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