Hablemos de la ansiedad sexual femenina

Permítame hacerle una pregunta. ¿Alguna vez has tenido una amiga que te haya confesado que está constantemente ansiosa por tener relaciones sexuales? Todos hemos oído hablar muy a menudo del término ansiedad de rendimiento. Sin embargo, la mayoría de las veces se atribuye a los hombres. En comparación con la ansiedad de rendimiento masculina, rara vez se habla de la ansiedad de rendimiento femenina. La sociedad y los medios de comunicación hacen que parezca un problema exclusivo de los hombres. Sin embargo, si reflexionas un poco, verás lo injusto que es que las mujeres a menudo tengan que pasar por su vida sexual sin saber que su ansiedad de rendimiento es legítima. No sólo no están solas, sino que también hay formas de tratarla.

No es ningún secreto que cuando los hombres sufren ansiedad de rendimiento, es probable que tengan problemas de erección. Entonces, ¿qué les ocurre a las mujeres cuando sufren ansiedad sexual? Aunque la ansiedad por el rendimiento sexual se diagnostica menos en las mujeres, puede impedirles lubricarse lo suficiente para estar preparadas para el sexo. También puede quitar a la mujer el deseo físico de mantener relaciones sexuales. Factores como la mala imagen corporal, la presión del orgasmo, las ETS, etc. son sólo algunos ejemplos que pueden impedir que las mujeres se relajen y disfruten del sexo. Si sospechas que tu ansiedad puede estar impidiéndote disfrutar del sexo en sí, es hora de que eches un vistazo a algunas de las inseguridades sexuales que se enumeran a continuación para ver si puedes tener alguna de ellas.

Mala imagen corporal

La imagen corporal puede afectar significativamente a su vida sexual. El hecho terrible es que aproximadamente el 90% de las mujeres no están satisfechas con su imagen corporal. Los cuerpos perfectos y las fotos en las redes sociales añaden nuevas fuentes de presión a las mujeres modernas. Muchas mujeres piensan excesivamente en el aspecto de su cuerpo durante las relaciones sexuales. A muchas les preocupa no parecer sexys y que su pareja piense mal de ellas por eso.

La presión de complacer a la otra parte

Algunas mujeres son muy conscientes de lo que hacen en la cama, y tienden a centrar toda su energía en complacer a sus parejas. Sin embargo, si estás constantemente preocupada por si estás defraudando a alguien, es probable que no consigas lo máximo para ti. Aunque es esencial satisfacer las necesidades de tu pareja, también es fundamental que te expreses y le digas lo que te gusta. Además, puede ser súper sexy hablar y tomar el control, y pedirle a tu pareja que te complazca durante el sexo.

Estrés excesivo de la vida diaria

El sexo no es sólo una respuesta física; está muy relacionado con tu disposición emocional. Digamos que acabas de tener un día duro en el trabajo, entonces tal vez sería difícil para ti tener la mentalidad adecuada para el sexo. Cuando tu mente está distraída por el estrés del trabajo, la vida, las relaciones, es difícil concentrarse emocionalmente durante el sexo. Probablemente no puedas evitar que tu mente divague; probablemente tu cuerpo no pueda excitarse tan rápido como de costumbre. En este caso, quizá lo mejor sea tomar un baño de espuma caliente o mantener una conversación sincera con tu pareja o amigos.

Miedo a no llegar al orgasmo

No es ningún secreto que a las mujeres les resulta mucho más difícil tener un orgasmo durante las relaciones sexuales. Lo que empeora las cosas es que este tipo de ansiedad conduce a un bucle vicioso. Es muy común que las mujeres se resignen a la conclusión de que hay algo físicamente mal en ellas. Lo cierto es que si tu mente está totalmente ocupada por la presión de alcanzar el orgasmo, no podrás disfrutar del sexo en sí. Es posible que estés tan ansiosa por el sexo que no puedas rendir en absoluto, lo que conduce a una ansiedad por el rendimiento sexual aún más grave. Todos sabemos que las mujeres necesitan muchos preliminares para excitarse y estar preparadas sexualmente; sé paciente contigo misma y escucha a tu cuerpo.

Tener ETS no es una pena de muerte

Comparado con el daño real de las ETS, el estigma social de las ETS probablemente causa más daño. Tener ETS no significa el fin de la vida sexual; tampoco hay que avergonzarse. Algunas de las ETS, como el VPH, son tan comunes que la mayoría de las personas sexualmente activas las contraerán alguna vez en su vida. Es comprensible que la mayoría de la gente se inquiete al oír la palabra ETS porque se asocia con ser promiscuo. Sin embargo, con la protección adecuada y una buena comunicación, no es necesario vivir siempre con la vergüenza y la culpa de las ETS.

Cómo superar la ansiedad

Para controlar la ansiedad, el primer paso sería comprender de dónde procede. Mantener una conversación abierta con usted mismo, su pareja, su médico o cualquier persona de confianza le ayudará a revelar el problema subyacente. A veces, el mero hecho de sentir que puedes comunicarte es el alivio más crítico y poderoso. Una vez que comprendas la raíz del problema subyacente, podrás aprender a resolverlo.

También es importante aprender sobre tu cuerpo, entender tu sexualidad y descubrir qué te complace. Que no hayas llegado al orgasmo no significa que el sexo haya sido malo o que lo hayas hecho mal. En lugar de ponerte toda la presión encima, aprende a ser amable contigo misma y a aceptar que el orgasmo no se produce todas las veces. Aprende a disfrutar de todos los aspectos del sexo. Si llegas al orgasmo, ¡genial! Si no, es completamente normal y aceptable.

La mejor manera de saber qué te hace Orgasmo es averiguarlo por ti misma. La confianza y la energía que ganarás al adueñarte de tu cuerpo se trasladarán al sexo con tu pareja. Si a lo largo de tu autoexploración te das cuenta de que te gustan los vibradores o los juguetes, sugiérele a tu pareja que los incluya en su vida sexual. Si tu pareja te hace sentir mal por ello, está equivocada, no tú. Tienes derecho a darte placer a ti misma.

Hay que reconocer que nada es exactamente como un orgasmo, ni debería serlo. El orgasmo y la sensación que produce son únicos, al igual que muchas otras cosas de la vida. ¿Debería ser la vida menos digna sin orgasmos? En absoluto. La vida ofrece muchas alegrías, y la mayoría de ellas no tienen nada que ver con la sexualidad. Así que, la próxima vez que sientas la presión de alcanzar el orgasmo, o de tener más orgasmos, o de tener un tipo específico de orgasmo… Respira hondo. La próxima vez que te sientas frustrado por tu empeño en alcanzar el clímax, o por la mente que te insta a llegar-al orgasmo, recuerda que la vida te ofrece muchas otras experiencias fantásticas, y que tu vida es más grande que el sexo.

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Paulina López

Me llamo Paulina López y he pasado los últimos diez años de mi vida explorando el siempre cambiante mundo de los juguetes sexuales. Como mujer, creo que comprender nuestro propio cuerpo, abrazar nuestros deseos y buscar el placer son componentes esenciales de una vida plena. El propósito de esta autobiografía es compartir mi trayectoria como revisora de juguetes sexuales, las experiencias y lecciones que he aprendido, y el impacto que mi trabajo ha tenido en mi crecimiento personal y en la vida de los demás.

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