¿Te encanta la idea de observar a otras personas mientras se ensucian? Entonces puede que seas un voyeur.
El término "voyeurismo" procede de la palabra francesa "voyeur", que significa el que mira o el que ve.
El voyeurismo se utiliza más comúnmente para describir la práctica de observar a otros para la propia gratificación sexual. (El voyeurismo también puede utilizarse en sentido no sexual. La gente a menudo se refiere al amor de la sociedad por la telerrealidad como un tipo de voyeurismo, por ejemplo).
Hay una variedad de escenarios comunes que un voyeur (el que mira) puede encontrar excitantes – y si eres alguien a quien le gustaría introducir un poco de "espectáculo" en tu vida sexual, entonces tenemos algunos consejos para ti.
¿En qué consiste esta afición?
El voyeurismo implica a dos grupos distintos: el/los Voyeur/voyeurs y la/s persona/s observada/s.
El voyeur/voyeurs A menudo observarán a otros que sí lo son:
- Completamente vestidos, sólo en ropa interior o completamente desnudos – esto depende de las preferencias personales
- Se cambian de ropa o se desvisten
- Ducharse o bañarse
La característica que define a un voyeur es que se limitará a observar a los demás implicados. Pueden mirar desde lejos, o utilizar una cámara para grabar lo que ven, pero no interactuarán directamente con aquellos a los que están observando.
La persona o personas observadas pueden ser:
- Haciendo actividades que, para un no observador, no tienen aparentemente connotaciones sexuales (como limpiar la casa o ver una película)
- Realizando actividades intrínsecamente sexuales, como masturbarse o mantener relaciones sexuales.
Voyeurismo no consentido y voyeurismo consentido
El voyeurismo es un fetiche que a menudo se malinterpreta y vilipendia. Cuando el voyeurismo es el tema de las noticias o de los medios de entretenimiento, a menudo no se distingue entre voyeurismo no consentido y consentido. Esto significa que el voyeurismo consentido a menudo recibe una mala reputación.
El voyeurismo no consentido es cuando el voyeur observa conscientemente a otras personas, sin su conocimiento ni consentimiento previos, con fines de gratificación sexual. El voyeurismo no consentido está tipificado en la Ley de Delitos Sexuales de 2003. Es una violación directa de la intimidad y es ilegal. Este es el tipo de voyeurismo que es más probable encontrar en las noticias o en las películas.
El voyeurismo consentido, sin embargo, se da cuando tanto el voyeur/voyeurs como la persona o personas observadas han consentido en participar en la escena. El voyeurismo consentido no es ilegal y, si te gusta, puede ser muy excitante.
¿Por qué voyeurismo?
Hay muchas razones por las que la gente disfruta participando en el voyeurismo consentido. Para los que son observados, el sexo se convierte en algo performativo. Aquellos que se identifican como exhibicionistas pueden disfrutar especialmente asociándose con voyeurs para practicar sexo.
Cuando el sexo se vuelve performativo, los observados pueden experimentar una sensación de mayor confianza en sí mismos, pueden sentirse más deseados o incluso idolatrados por su voyeur. El hecho de saber que están siendo observados también puede resultar emocionante, y esta combinación de adrenalina y excitación es la razón por la que muchas personas se sienten atraídas por el fetiche en primer lugar.
Para los propios voyeurs, observar a otra persona de esta manera puede resultar deliciosamente tabú. Sentir que estás haciendo algo arriesgado y prohibido puede excitar muchísimo, y no es diferente cuando se trata del voyeurismo.
Al no involucrarse sexualmente con la otra persona en un sentido convencional, el voyeur es como el único espectador de un espectáculo privado, lo que le da una sensación de poder y privilegio.
Cómo explorar tu perversión
Si tienes a otras personas dispuestas a explorar el voyeurismo contigo, ¡es una gran noticia!
Si el voyeur de tu vida prefiere sentir que no se le ve, puede ser un poco difícil de orquestar. Por ejemplo, si vivís en una casa compartida, va a ser complicado explicar por qué uno de vosotros está sentado en el jardín trasero en mitad de la noche mirando las persianas abiertas.
Véndale los ojos. Las vendas de satén, seda y otras texturas son ideales para el juego sensorial y la anticipación. Haz que tu amante lleve los ojos vendados mientras se da placer. Esto te ayudará a desinhibirte y a excitarte mientras observas sin ser visto. (Ver a tu pareja masturbarse también puede enseñarte a dejarle sin palabras).
Si preferís ir más despacio, ¿por qué no regalaros lencería o ropa interior nueva? Miraros desnudaros y probárosla puede ser una introducción juguetona para explorar juntos vuestro fetiche.
Dicen que la belleza está en los ojos del que mira, y eso es cierto en el caso del voyeurismo. Recuerda que siempre debes dar rienda suelta a tus manías de forma consensuada, ¡así te asegurarás de que todo el mundo se divierte!