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Los adornos navideños y las guirnaldas festivas están guardados, y las estanterías repletas de osos de peluche con ojos de botón, rosas rojas y más tarjetas con corazones en relieve de las que podemos cortar árboles. Sólo puede significar una cosa: San Valentín está a la vuelta de la esquina.
Mientras acudimos en masa a las tiendas para hacer acopio de gestos románticos y sorpresas cargadas de amor, nos encontramos hipnotizados por la celebración de la lujuria… pero, ¿por qué nos encandila tanto la lencería de encaje y los regalos dulces y sexys?
Dónde empezó todo
Desde el siglo XIV, San Valentín se celebra en todo el mundo como fiesta oficial, pero los orígenes del arco y la flecha de Cupido se remontan a los romanos.
El Día de San Valentín comparte su nombre desde hace mucho tiempo con un santo cristiano mártir, tal y como pretendía la Iglesia Católica Romana, pero si ahondamos lo suficiente en la madriguera del conejo, descubriremos que una serie de orgías hedonistas dieron origen a esta celebración del amor y la lujuria, ahora comercializada.
¿Empezamos a hablar tu idioma del amor?
Desmontando las estadísticas…
Según un estudio realizado por la terapeuta sexual e investigadora Kristen Mark, más del 80% de nosotros tenemos grandes expectativas cuando llega San Valentín, y el 50% se siente decepcionado si no tiene un poco de acción en la cama durante la fiesta del amor.
Está claro que nos encanta el sexo y nunca ha sido tan obvio. (Si crees que estás bien situado entre los más entusiastas del sexo, ¿por qué no echas un vistazo a nuestro Mapa del Sexo y descubres en qué puesto se encuentra tu ciudad?)
Si nos remontamos unos cuantos miles de años atrás, no éramos los únicos a los que les entusiasmaba desnudarse para ponerse cachondos.
Romanos lascivos
Puede que febrero se asocie desde hace tiempo con el romanticismo, pero también coincide con el festival romano de Lupercalia, un acontecimiento de inspiración pagana en el que se emparejaba a las mujeres con los hombres por sorteo y, tras un sangriento ritual de sacrificio de animales que supuestamente ahuyentaba la infertilidad y la mala suerte, se celebraba la intimidad y el amor en ….. El resto ya lo conoces.
Phwoar, ¡¿quién podría haberlo predicho?!
Pues bien, al Papa Gelasio no le gustaba tanto esta celebración simbólica y cargada de contenido sexual, y en 494 eliminó por completo la fiesta pagana, declarando el 14 de febrero como día para celebrar el martirio de San Valentín.
Sin embargo, cuando llega San Valentín, nosotros también lo hacemos: bajo las sábanas, en el sofá y donde nos apetezca.
Lo cierto es que no hay nada que nos guste más que amar. Ya sean masajes sensuales y una noche de Tantra, o simplemente descubrir nuestros deseos más profundos y oscuros a través de una noche de pasión al rojo vivo, lo desnudamos todo mientras nos desinhibimos y disfrutamos de cada momento de aventura íntima.
Pero seamos realistas…
Después de dos años perturbadores, encerrado con tu pareja, las cosas en el dormitorio pueden haberse vuelto aburridas, rutinarias y esperadas. ¿Podría ser la celebración de este año una oportunidad para romper con la monotonía y abrazar tus deseos sexuales?
Este San Valentín, te animamos a que te vuelvas salvaje. Desde las parejas que no quieren nada más que conectar románticamente hasta los que sólo quieren dedicarse un poco de tiempo a sí mismos: San Valentín es para todos y cada uno.
Nuestra última colección está repleta de lencería sexy y sensual, juguetes eróticos de lujo y regalos novedosos que todo el mundo puede disfrutar, ya sea abrazados en plena pasión o a solas, para esos momentos más privados de intimidad personal.