Si tienes clítoris, lo más probable es que hayas estado encendiendo y apagando el interruptor desde que descubriste sus mágicos poderes.
Si no está roto, no lo arregles, ¿verdad? Pues no.
Los orgasmos más profundos, los que puedes experimentar mediante la estimulación de tus zonas erógenas internas, se desarrollan más lentamente hasta alcanzar un pico intenso y sobrecogedor, y duran mucho más tiempo. Algunas mujeres incluso experimentan orgasmos múltiples.
Utilizar un juguete erótico para explorar estas zonas erógenas ocultas puede ayudarte a encontrar nuevas formas de darte placer, así como diferentes técnicas y ángulos para probar durante las relaciones sexuales.
Desde preciosas varitas de cristal hasta consoladores de todas las formas y tamaños, tenemos el consolador que te ayudará a encontrar tu orgasmo interior definitivo.
Empieza por lo más superficial
A la hora de elegir un consolador que te ayude a encontrar tus zonas erógenas internas, no es necesario que elijas el más largo que tengas en tus manos.
La penetración profunda puede ser increíble (ya hablaremos de ello), pero si lo que buscas es estimular el punto G, sólo necesitarás penetrar unos 5 cm en tu vagina.
Elige algo pequeño, fácil de sostener, firme y con la punta curvada.
Si ya tienes un consolador de 7 pulgadas guardado, puedes utilizarlo, sólo tienes que usar la longitud extra para conseguir un buen agarre e introducir sólo los primeros centímetros.
No te saltes el calentamiento
Frotar el culito no sólo es divertido, también es práctico. Si quieres experimentar un orgasmo interno, la excitación del clítoris puede ayudarte a conseguirlo.
Justo encima del punto G se encuentra la esponja uretral, que contiene la glándula de Skene. Cuando te excitas, esta glándula se hincha y se llena de líquido, lo que hace que el punto G se vuelva más sensible y sobresalga, por lo que hay más posibilidades de encontrar este escurridizo punto dulce si estás excitada.
¿Aún mejor? Consigue un orgasmo clitoriano antes de embarcarte en tu viaje al punto G.
Localización, localización, localización
Antes de experimentar con tu consolador, puede que te ayude localizar tu punto G para saber cuál es tu objetivo.
Desliza la palma de la mano por el vientre e introduce uno o dos dedos cubiertos de lubricante en la vagina, enroscándolos hacia atrás en un movimiento de "ven aquí" una vez que estén a un par de centímetros de profundidad dentro de ti.
La ubicación de este nudo de terminaciones nerviosas puede variar de una persona a otra, pero ahora deberías ser capaz de sentir una zona carnosa y estriada que se siente diferente al resto de la vagina.
Pruebe: Tus dedos (no la mano mágica de Belladonna)
No te preocupes por la técnica
Para maximizar la cantidad de estimulación que recibe tu punto G, tendrás que experimentar con ángulos, tipos de movimiento y niveles de presión.
Prueba con embestidas poco profundas y rítmicas, o masajea el punto G introduciendo el consolador, arrastrando la punta por el punto G al sacarlo (funciona mejor con un consolador ligeramente curvado) y presionándolo contra la pared frontal de la vagina al volver a introducirlo.
Los juguetes rígidos de cristal y acero son los mejores para este tipo de movimiento, ya que mantienen la presión constante. Una ventosa te permite anclar el juguete a una superficie plana y colocarlo en la posición correcta para alcanzar esos puntos calientes.
Con la estimulación adecuada, es posible que sientas ganas de orinar, ya que la vejiga se encuentra justo al otro lado de la pared vaginal. Persevera en lo que estás haciendo y puede que experimentes un intenso orgasmo interno.
La A es de "¡aaaahhhhh no pares!".
Has oído hablar del orgasmo del punto G, pero hay otra zona erógena escurridiza con mucho potencial orgásmico. Unos centímetros más profundo que el punto G, entre la pared vaginal anterior y el cuello del útero, se encuentra el fórnix anterior o punto A.
Si te gusta la estimulación interna, es un punto dulce que merece la pena visitar, ya que puede desencadenar sensaciones increíblemente placenteras e intensas cuando se estimula directamente.
Si quieres llegar tan profundo, necesitarás un consolador fino con la punta suavemente curvada, para que se deslice por el cuello del útero sin golpearlo (lo que a algunas personas les resulta incómodo).
Experimenta con mucho lubricante y diferentes niveles de presión y ritmo para ver qué funciona mejor.
Prueba: njoy Fun Wand Consolador de acero inoxidable
Doble desafío
A mucha gente le encanta la sensación de doble penetración, y algunos afortunados incluso experimentan una mezcla de orgasmo anal y punto G/punto A.
Un consolador puede ayudarte a iluminar más de una zona erógena a la vez, y conseguir sensaciones intensas que te harán morderte los labios.
Prueba con una sonda anal fina combinada con un pene, un plug anal combinado con tu consolador favorito, 2 consoladores o un consolador y tus dedos (o los de otra persona).
Sea lo que sea lo que te introduzcas analmente, asegúrate de que tiene una base acampanada o un lazo para los dedos por seguridad, y utiliza siempre abundante lubricante anal antes de jugar.
Prueba: Consolador Anal Acanalado BASICS
Y finalmente…
Sí, hablamos de ello todo el tiempo, pero no está de más repetirlo. El lubricante es esencial cuando juegas con juguetes eróticos, especialmente si los introduces analmente. No olvides comprobar que el lubricante es compatible con tu juguete (si no estás seguro, consulta nuestra guía).
Y otra cosa: no te desanimes si no llegas al orgasmo con este tipo de estimulación la primera vez. A veces lo único que necesitas es paciencia y práctica, pero incluso si nunca lo consigues, hay muchas otras formas de reventar tus galletas. Todo el mundo es diferente.
Lo más importante es divertirse y descubrir qué te hace sentir bien. Y si tienes un orgasmo o dos por el camino, ¡es una ventaja!