BDSM es un término que engloba cualquier comportamiento sexual que pueda considerarse "pervertido". El dolor, la restricción física y la servidumbre estarían mal vistos en un escenario no sexual. En los círculos BDSM, sin embargo, estas prácticas se llevan a cabo con el consentimiento de las dos personas implicadas para la satisfacción y la excitación mutuas.
Azotes, latigazos, ataduras, arañazos… Sea lo que sea lo que te apetezca probar, puedes convertirte rápidamente en una tigresa sexual y sacar tu lado más pervertido con nuestra guía sobre BDSM y bondage…
Arriba: ¿No sabes qué significan las letras B-D-S-M? Mira esta guía en vídeo con Jess Wilde para que distinguir las letras B de las D sea tan sencillo como A-B-C.
El BDSM puede dividirse en tres áreas principales o seis "actos" diferentes:
- Bondage y Disciplina
- Dominación y sumisión
- Sadismoo y Masoquismo, que, aunque son preferencias separadas, también suele denominarse sadomasoquismo
Bondage
Estar sujeto físicamente, o sujetar físicamente a otra persona, utilizando el equipo adecuado. Equipo.
Una de las razones por las que el bondage se encuentra entre las actividades BDSM más populares es porque proporciona a tu pareja esa sensación de indefensión y a ti la sensación de ser el amo, y viceversa. Saber que puedes hacer lo que quieras a tu pareja (¡dentro de lo razonable!) para tu placer o para el suyo, controlando cada estremecimiento orgásmico, es extremadamente satisfactorio.
Otras personas simplemente anhelan la sensación de estar atado, la sensación de constricción y retorcimiento contra las restricciones en un escenario sexual. El bondage es excelente para enseñarte a tumbarte y disfrutar de lo que hace tu pareja sin tener que preocuparte de nada. Al fin y al cabo, si eres tú quien está atado, no tienes más remedio que tumbarte y disfrutar de la experiencia.
Disciplina
Imponer obediencia y ganar control a través de reglas y/u otras formas de castigo.
Esencialmente, el acto de disciplina se produce cuando el sumiso o "inferior" de la relación requiere atención para rectificar un comportamiento que podría considerarse que infringe unas normas preestablecidas. Estas normas se establecen antes de realizar cualquier actividad y son acordadas por ambos miembros de la pareja. Las normas pueden ser tan desenfadadas como "hay que fregar los platos antes de hacer cualquier travesura" o tan estrictas como "no llegarás al orgasmo".
Dominación
Una serie de comportamientos, costumbres y rituales que permiten ejercer control y poder sobre los demás.
Puede que ni siquiera te des cuenta, pero en la mayoría de las relaciones habrá una pareja "dominante" y otra "sumisa": depende de ti cuánto decidas explorar estos roles.
A muchas personas les gusta ejercer su lado dominante en el dormitorio, utilizando la disciplina y el bondage para controlar a su pareja. A muchas otras les gusta ejercer su dominación en la vida cotidiana y formar una relación basada en gran medida en estos roles.
Si disfrutas con la sensación de control sexual, puede que también te guste expresar tu dominación de otras formas, como hacer que tu sumiso realice ciertas tareas y actividades en casa o exigirle que lleve un collar o una etiqueta con su nombre. También puedes intentar dominar a tu pareja controlando sus orgasmos, utilizando la técnica stop-start hasta que decidas que puede llegar al clímax.
Sumisión
Estado de conformidad que se produce al someterse a otro.
La dominación y la sumisión van de la mano. La pareja sumisa tendrá que hacer lo que el dominante le pida, o se arriesgará a ser disciplinada de la forma que considere oportuna.
A los sumisos les puede gustar que les quiten el control durante el sexo mediante el uso de una mordaza de bola, que les impedirá hablar, o mediante el uso de ataduras en muñecas y tobillos, para impedir que se toquen a sí mismos o a la pareja dominante. Este tipo de intercambio de poder puede ser muy satisfactorio sexualmente y gratificante emocionalmente.
Muchas personas extienden esta sumisión para convertirla en parte de su estilo de vida, permitiendo que su pareja dominante sea el llavero de su cinturón de castidad o asumiendo el papel de siervo o esclavo en la casa.
Sadism
Obtener gratificación sexual infligiendo dolor a otros..
Si eres sádico, disfrutas infligiendo dolor a través del castigo físico o la humillación. Esto siempre debe ser consensuado con el entendimiento de que proporcionará algún tipo de placer sexual a una o ambas partes.
A muchos sádicos les gusta utilizar látigos, fustas o palas con su pareja, mientras que a otros les gusta ir un poco más allá utilizando pinzas o cera caliente.
El elemento sexual a menudo proviene de la sensación de realizar estos actos y del poder que implican, ¡así como del aspecto del cuerpo cuando está sonrosado por una buena azotaina!
Masoquismo
Disfrutar sexualmente del dolor.
Así pues, el masoquismo es esencialmente lo contrario del sadismo. Los masoquistas disfrutan con el dolor infligido por ellos mismos o por una pareja dominante/sádica, lo que a menudo conduce a la gratificación sexual o incluso al orgasmo.
Muchos masoquistas disfrutan experimentando dolor, ya que libera una gran cantidad de endorfinas, creando una sensación de bienestar o un "subidón natural". También se dice que los masoquistas se sienten bastante catárticos después de una sesión de azotes o humillación, quedando relajados y purgados de estrés.
A menudo se obtiene placer sexual al torturar o hacer sufrir los genitales, ya que las sensaciones son únicas e intensas.
Una buena forma de explorar tu lado masoquista es invertir en algunas pinzas y pesas que puedas usar solo o en pareja. El efecto de pellizco puede ser increíblemente erótico y el tirón de las pesas te proporcionará un ardor sensual que no podrás conseguir con ninguna otra cosa.
La seguridad ante todo
- Asegúrate de tener una palabra de seguridad y una acción segura que puedas hacer en cualquier momento para detener la diversión y los juegos si se vuelven demasiado para ti.
- Si tu pareja no está interesada, no fuerces la situación. El BDSM sólo debe practicarse cuando ambos miembros de la pareja están dispuestos y cómodos.
- Si hay más de una persona involucrada en las actividades traviesas, asegúrate de que todos son conscientes de lo que va a suceder. Las situaciones en grupo pueden dar miedo cuando todo el mundo parece saber lo que está haciendo.
- Discute tus normas y límites antes de que empiece nada. Estas directrices deben ser acordadas por todos los participantes e incluso pueden ponerse por escrito para que las cosas queden más claras.
- No consumas analgésicos ni alcohol durante el proceso, ya que pueden adormecer el dolor y hacerte más propenso a sufrir lesiones.
Sobre todo, ¡diviértete y mantente seguro!
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