¿Quieres Convertirte En Un Profesional Del Sexting? ¡Aquí Está Cómo!

Todos hemos tenido esos momentos en los que no estamos físicamente con alguien, pero no podemos evitar pensar en todas las cosas sexys que nos encantaría estar haciendo con ellos en ese momento.

Tanto si se trata de una pareja de años como de alguien realmente sexy con quien hablas casualmente, el impulso de excitarle tanto como tú es un pensamiento excitante.

El sexting es una herramienta increíble para crear ambiente y dar a conocer tus intenciones. Sin embargo, no todos somos profesionales en esta actividad, y expresarse sexualmente a través de la palabra escrita puede resultar menos natural que hacerlo de forma física.

Ha sido una curva de aprendizaje desde que empecé a participar en el sexting hace unos años, pero como alguien que siente que ha recorrido un largo camino y se ha vuelto más cómodo con el tiempo, aquí están mis diez cosas que hacer y no hacer para hacer del sexting una experiencia emocionante, agradable y no intimidante cada vez.

Toma precauciones

¿Crees que, sólo porque no estás tocando físicamente a otra persona, este sexo es seguro? No necesariamente…

Toma precauciones y comprende los riesgos

Antes de enviar un mensaje sugerente a alguien, ya sea en cualquier medio de comunicación, texto u otro, asegúrate de saber en qué te estás metiendo. Muchas personas creen que los riesgos son demasiado grandes y optan por no participar en esta actividad debido a la posibilidad de que este material privado deje de ser tan privado.

Antes de arriesgarte, evalúa la situación. ¿Hasta qué punto conoces y confías en esa persona? ¿Estás seguro de que mantendrá en secreto toda la comunicación entre vosotros? ¿Y si resulta no ser muy de fiar? ¿Las consecuencias serán devastadoras o un pequeño inconveniente?

Obviamente, si estás enviando mensajes de texto a tu marido o a tu novia de toda la vida, por ejemplo, los riesgos son bastante bajos, pero para un desconocido cualquiera que conociste en Tinder, puede que quieras cambiar tu gorra lujuriosa por la lógica. Eso sí, asegúrate de que eres consciente al 100% de lo que te estás jugando.

NO te sientas presionado

Si no estás muy seguro de participar en el sexting, nunca lo hagas por motivos ajenos, sino por los tuyos propios. Si no quieres hacerlo, no te dejes convencer. Hazlo sólo con gente que te respete como persona y acepte tus decisiones.

Si has dicho que no y alguien empieza a presionarte o a darte ultimátums, déjalo. Se supone que el sexting es una actividad placentera y consentida para ambas partes, y nunca debe hacerse como una obligación. Al igual que los actos sexuales físicos, el sexting es una actividad que requiere el consentimiento de ambas partes.

NO presionar a una pareja que no está dispuesta

El punto anterior también funciona en ambos sentidos. Puede que a ti te apetezca hablar sucio, pero al objeto de tus afectos no.

No te lo tomes como algo personal si no lo está: puede que esté ocupado, estresado o simplemente no esté especialmente cachondo ese día. Al igual que tú nunca deberías sentirte presionado, tu pareja tampoco debería hacerlo, así que no la presiones.

Si te dice directamente que no le apetece, si ignora tu propuesta o si pasa rápidamente a otro tema, no insistas. Al igual que te gustaría que te respetaran, respeta también las decisiones de los demás.

Háblame sucio

Así que has sopesado los riesgos y te has decidido… ¿y ahora qué?

DO have your own style of sext

Mucha de la aprensión que rodea al sexting puede deberse simplemente a tener que escribir y describir con palabras cosas que serías capaz de mostrar físicamente si estuvieras allí con ellos.

Hay que recordar que no hay una única forma correcta de hacerlo. He hecho sexting con alguien a quien le gusta escribir párrafos largos, entrar en detalles. También he hecho sexting con alguien que sólo enviaba frases cortas, mucho más vagas y menos explícitas. En cualquier caso, fue una experiencia divertida y cumplió su cometido.

El mejor consejo que puedo darte es que intentes adaptarte a la persona con la que te estás mensajeando y coincidir con ella; así, es más probable que ambos estéis en la misma onda. Si no estás seguro de lo que tienes que escribir, intenta hacer preguntas, para que la otra persona pueda hablar más y tú te sientas más cómodo a la hora de responder, ya que puedes juzgar mejor su estado de ánimo y su forma de hablar.

Básicamente, intenta tener confianza y teclear lo que tienes en mente, incluso si no lo dirías necesariamente en voz alta; como en cualquier tipo de escritura, empezar es lo más difícil y, una vez que te pones en marcha y coges el ritmo, se vuelve mucho más fácil y fluye sin esfuerzo.

NO utilices un lenguaje poco atractivo

Aunque creo firmemente que debes expresarte y expresar tus deseos de la forma que te resulte más cómoda, hay ciertas palabras que mucha gente considera poco atractivas.

Los términos demasiado explícitos e incluso algunas palabras generales como "húmedo" suelen evitarse cuando se trata de poner a alguien de humor (al menos hasta que hayas establecido que están de acuerdo con este tipo de conversación).

Sé espontáneo

Alguna vez nos ha pasado que un mensaje de texto inesperado de alguien nos ha alegrado el día y nos ha hecho sonreír durante un buen rato después. No hay razón para que este mensaje no sea un sext.

Si te lo envía tu pareja, un mensaje pícaro, tal vez relacionado con una cita para ese mismo día, puede hacer que un día aburrido se convierta en excitante y te aguarde una perspectiva traviesa. Esto significa que el sexting es también un juego previo muy eficaz para el día, de modo que cuando os veáis por la noche, la tensión sea tan alta que no podáis quitaros las manos de encima.

Utiliza el sexting para probar nuevas ideas y límites.

Cuando quieres probar algo nuevo en el dormitorio, puede ser difícil plantearlo y pedirlo cuando no estás seguro de cómo reaccionará tu pareja. El sexting es una buena forma de poner a prueba los límites y ver hasta qué punto tu pareja es receptiva a una nueva idea.

Intenta introducir sutilmente lo que quieres probar. Prepáralo, haz referencias cada vez más cercanas a lo que quieres hacer. Si parece que le interesa, sigue avanzando. Si intentan desviar la acción, entonces ya sabes que quizás no debas abordar ese tema por el momento.

Probar estas ideas puede ser mucho menos aterrador a través de una pantalla cuando no puedes ver la cara de la persona y esa pequeña confianza extra que aporta podría ayudarte a probar algo nuevo en el dormitorio en la vida real.

Saber que está bien adornar la verdad

Hay veces que he hecho sexting y cuando, me han hecho preguntas, he adornado la verdad.

Cuando empecé a hacer sexting, creía que tenía que estar excitada y participar activamente cada vez. A veces, sin embargo, está bien disfrutar del sexting y saber que estás excitando a tu pareja, pero no necesariamente involucrarte por tu parte.

Si te pregunta qué llevas puesto y en realidad es un pijama cómodo, no pasa nada por describirle tu ropa interior más sexy: ¡nunca lo sabrá! Del mismo modo, si te pregunta qué estás haciendo ahora mismo y en realidad estás haciendo un test sobre qué tipo de patata eres, no pasa nada por inventarte un escenario con el que responder en su lugar.

El hecho de que en ese momento no estés en plena pasión por ti misma no importa: puedes seguir disfrutando del sexting y sabiendo que estás excitando a tu pareja.

Mantén tu vida de sexting en privado

Al igual que esperarías de la persona que recibe tus mensajes, ten la cortesía de mantener sus mensajes en privado y que sólo tú los conozcas. Están confiando en ti tanto como tú en ellos, y los hábitos sexuales son un asunto privado y delicado que no mucha gente quiere que salga a la luz.

Sé cortés y respeta su intimidad, sobre todo si algo de lo que habláis se considera fuera de lo común.

Y por último…

NO envíes la carta a la persona equivocada.

Esta es la regla número uno para evitar situaciones embarazosas. Compruébalo dos veces antes de pulsar el botón de enviar. Es muy sencillo, pero luego lo agradecerás.

La bloguera supercutesecret es una consolidada bloguera de sexo y relaciones, que estudia Matemáticas y Estadística en la Universidad de Warwick.