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Tanto si siempre has sabido que te gustan las tías como si eres una chica bi-curiosa que quiere meterse en la piscina de las mujeres por primera vez, te damos algunos consejos para que tu primera vez sea increíble.

- Parece que pocas cosas están tan rodeadas de misterio como el sexo lésbico.
- ¿Tienes curiosidad por probar el sexo lésbico por primera vez? No eres la única. Ni mucho menos.
- 1. Ponte en contacto con tu propio cuerpo.
- 2. No tengas miedo de ser exigente. Busca a alguien con quien te sientas segura y cómoda.
- 3. No confundas el sexo lésbico con el sexo seguro.
- ¿Qué significa exactamente sexo lésbico seguro?
- 4. Comunica a tu pareja tus necesidades, deseos y temores.
- 5. Afronta cualquier nerviosismo que sientas y determina si es un obstáculo para el espectáculo.
- 6. Una vez que tengas todo eso claro, es hora de relajarse.
- 7. Córtate las uñas: ¡es un imperativo sexual lésbico!
- 8. Coge el lubricante.
- 9. Establece expectativas realistas para tu primera vez.
Parece que pocas cosas están tan rodeadas de misterio como el sexo lésbico.
En nuestra cultura, gran parte de la información y de las imágenes que encontramos sobre el sexo se centran en el deseo masculino, lo que puede dificultar que la mayoría de la gente sepa exactamente lo que ocurre cuando no hay un hombre implicado. Incluso la mayoría del "porno lésbico" se crea y produce para ser consumido, no por mujeres lesbianas, sino por hombres heterosexuales.
Todo esto genera mucha confusión y desinformación, lo que puede resultar desalentador para las mujeres que están dispuestas a dar el paso.
¿Tienes curiosidad por probar el sexo lésbico por primera vez? No eres la única. Ni mucho menos.
Un estudio reciente realizado por el Dr. Gerulf Rieger, del Departamento de Psicología de la Universidad de Essex (Inglaterra), concluyó que, a diferencia de los hombres, la mayoría de las mujeres son homosexuales o bisexuales, pero rara vez heterosexuales. Así que si te preguntas cómo sería hacerlo con otra mujer, no estás sola.
Tanto si siempre has sabido que te gustan las tías como si eres una chica bi-curiosa que quiere meterse en la piscina de las mujeres por primera vez, te damos algunos consejos para que tu primera vez sea increíble:
1. Ponte en contacto con tu propio cuerpo.
Aunque cada mujer es diferente, la mejor manera de aprender a complacer a una mujer es empezar por uno mismo.
La masturbación es una gran manera de aprender más sobre la anatomía femenina y probar cosas nuevas sin preocuparte de si lo estás haciendo bien o no. Tómate tu tiempo para conocer tus propias zonas erógenas, desde los pezones hasta el clítoris, pasando por el punto G. Experimenta con distintas técnicas y averigua qué es lo que más te excita. Si a ti te hace sentir bien, lo más probable es que a otra persona también.
La vulva y la vagina de una mujer son magníficamente matizadas, con una amplia variedad de estructuras y terminaciones nerviosas.
Todo lo cual puede proporcionar una increíble cantidad de placer cuando se estimula adecuadamente. Incluso las mujeres que no son ajenas al autoplacer pueden aprender cosas que no sabían sobre sus partes femeninas con un poco de investigación y exploración. No tengas miedo de bajar las persianas, poner el móvil en silencio y tomarte tu tiempo para saber qué te hace vibrar.
2. No tengas miedo de ser exigente. Busca a alguien con quien te sientas segura y cómoda.
Tanto si es la primera vez que tienes sexo lésbico como si es la primera vez que tienes sexo y punto, la decisión de tener sexo con una mujer es un gran paso en tu viaje sexual.
Aunque no hay absolutamente nada malo en practicar sexo casual (siempre y cuando practiques sexo seguro y te sientas bien con ello), compartir tu primera vez con alguien especial contribuirá en gran medida a que sea una experiencia positiva para ti.
El buen sexo es casi siempre el resultado de una buena comunicación, así que encontrar a alguien en quien puedas confiar y con quien puedas sincerarte es clave. Tener intimidad emocional con la persona que elija para compartir su primera vez sólo hará que la intimidad física que comparten mucho mejor – así que no se apresure con alguien si no se siente bien.
Hay muchas mujeres lesbianas en el mundo, y tienes tiempo de sobra para encontrar a la adecuada.
3. No confundas el sexo lésbico con el sexo seguro.
Que tengas sexo lésbico no significa que tú y tu pareja no tengáis que tomar precauciones para proteger la salud de la otra.
Es un error común pensar que el sexo lésbico es sexo seguro, pero la verdad es que las mujeres homosexuales corren el mismo riesgo de contraer las mismas ITS que sus homólogas heterosexuales. Este tipo de ideas erróneas son sólo una de las muchas razones por las que necesitamos que la educación sexual sea "queer".
Las ITS pueden transmitirse entre parejas sexuales femeninas a través del contacto piel con piel, el contacto de mucosas (por ejemplo, boca con vagina), los fluidos vaginales, la sangre menstrual y el uso compartido de juguetes sexuales. Por lo tanto, si realizas alguna de estas actividades, debes asegurarte de que tanto tú como tu pareja estáis actuando de forma segura.

¿Qué significa exactamente sexo lésbico seguro?
La buena noticia es que las prácticas de sexo seguro para el sexo lésbico son muy parecidas a las prácticas de sexo seguro para el sexo heterosexual. Lo primero y más importante es que tanto tú como tu pareja os hagáis pruebas de detección de ITS para que ambos conozcáis vuestra situación. Independientemente de con quién te acuestes, las revisiones periódicas de ITS y los exámenes pélvicos son cruciales para tu salud reproductiva, así que no lo dejes pasar sólo porque practiques sexo con mujeres.
En segundo lugar, cuando estés listo para ponerte manos a la obra, asegúrate de que tanto tú como tu pareja utilizáis métodos de barrera siempre que sea necesario. Utiliza protectores dentales o un preservativo abierto para el sexo oral, guantes de látex o nitrilo para la estimulación digital, preservativos cada vez que utilices juguetes sexuales compartidos.
Nada estropea más el ambiente que correr riesgos con tu salud sexual. Asegúrate de que tú y tu pareja disfrutáis de vuestra primera vez tomando las precauciones adecuadas.
4. Comunica a tu pareja tus necesidades, deseos y temores.
Al igual que en el sexo heterosexual, el sexo lésbico se basa en una buena comunicación, y esto vale doblemente para la primera vez.
Si eres como la mayoría de la gente, la mayor parte del sexo lésbico que has visto ha sido en la pornografía que se produce en gran parte para el entretenimiento de los hombres heterosexuales y, por lo tanto, no se parece mucho a lo que realmente sucede cuando dos damas lo llevan al dormitorio.
Como ya comentamos en un post anterior sobre cómo hacer un vídeo sexual con tu pareja, es importante que las parejas no se basen en el porno como punto de referencia de cómo deben ser sus encuentros sexuales. El sexo que se ve en los vídeos porno está interpretado por actores a los que se les paga para que te hagan creer que se siente tan bien como parece. La verdad es que el hecho de que una determinada postura sexual sea visualmente atractiva no significa que sea muy divertida para una pareja real.
En lugar de buscar en fuentes externas consejos sobre cómo complacer a tu chica la primera vez que te acuestes con ella, pregúntale qué le gusta.
Si ella no lo sabe o es tímida, empieza poco a poco y pregúntale qué le gusta. No te asustes si pruebas algo que no parece funcionar. El cuerpo de cada mujer es diferente. Ajústate en consecuencia y sigue adelante. Tu pareja apreciará que te tomes el tiempo necesario para conocer su cuerpo y darle placer de la forma que más le gusta.
Y no te olvides de hablar también en tu favor. La comunicación es cosa de dos. Igual que tú quieres que tu pareja disfrute, ella también quiere que tú te sientas bien. No tengas miedo de hablar para decirle lo que te gusta o para reconducirle suavemente si lo que está haciendo no te gusta. Fingir que disfrutas de algo que no estás disfrutando sólo disminuirá la experiencia para ambos. Sé sincero y abierto y seguro que daréis con lo que funciona para los dos.
5. Afronta cualquier nerviosismo que sientas y determina si es un obstáculo para el espectáculo.
Independientemente del sexo de tu pareja, es probable que la primera vez que tengáis relaciones sexuales os genere cierta ansiedad.
Puede que te preocupe complacer a tu pareja o que te ponga nerviosa compartir tu cuerpo de forma tan íntima con otra persona. Sean cuales sean tus sentimientos, debes saber que son perfectamente normales. Todo el mundo se asusta un poco con su primera vez, y eso forma parte del proceso.
Tómate tu tiempo para averiguar si lo que te preocupa es una señal de alarma que te indica que frenes, o simplemente el nerviosismo propio de hacer algo nuevo. Una buena regla general es que cualquier cosa que te haga preocuparte por tu propia salud y seguridad es algo que deberías reconsiderar.
Un ejemplo de una situación de nerviosismo:
Si tu pareja no está dispuesta a usar protección o si crees que no está siendo completamente sincera contigo sobre su historia sexual, esas preocupaciones son muy válidas y deberían hacerte dar un paso atrás y replantearte la situación.
Un ejemplo de nervios sexuales normales:
Sin embargo, si no te preocupa tu salud o tu seguridad y si sientes que se respetan tus límites, lo que sientes probablemente sean nervios normales. Hablar con tu pareja o con alguien cercano sobre cómo te sientes puede ayudarte a aliviar tu ansiedad. Probablemente descubrirás que ellos se sienten igual o han pasado por algo parecido.
Asegúrate de que te estás tomando el tiempo necesario para escucharte a ti misma y para aclarar tus sentimientos antes de mantener relaciones sexuales.

6. Una vez que tengas todo eso claro, es hora de relajarse.
Aunque la mecánica del sexo lésbico quizá sea un poco diferente, lo cierto es que el sexo es sexo.
Es lo más natural del mundo, así que deja que ocurra. Si estás demasiado metida en tu propia cabeza preguntándote cómo te ves o si lo estás haciendo bien, entonces no estarás en el momento disfrutando de toda la intimidad y el placer que tu pareja quiere compartir contigo.
Si has seguido todos los pasos hasta ahora, ya has elegido una pareja de confianza, has establecido unas buenas líneas de comunicación, te has informado sobre prácticas sexuales seguras y has tomado la decisión de que estás preparado. Ahora sólo tienes que saborear el momento.
Si tienes problemas para conseguirlo, hazle saber a tu pareja que quieres empezar despacio.
Enciende unas velas para crear ambiente, pon música suave, daos un masaje sexy… básicamente, haced cosas que os ayuden a relajaros y a entrar en el estado de ánimo adecuado.
Hagas lo que hagas, no confíes en el alcohol para relajarte. Compartir una o dos copas de vino con tu pareja está bien, pero beber hasta la embriaguez no es una buena idea para la primera vez. En primer lugar, se trata de un hito muy especial en tu vida y no querrás estar demasiado nublado para recordarlo. En segundo lugar, tú y tu pareja no podréis comunicaros ni disfrutar tanto el uno del otro si no estáis despejados.
7. Córtate las uñas: ¡es un imperativo sexual lésbico!
Esto puede parecer un detalle sin importancia, pero créenos… no lo es.
Si puedes ver porno en el que aparecen dos señoras con las uñas largas y cuidadas sin estremecerte, está claro que nunca has practicado sexo lésbico. Las preferencias de cada uno son diferentes, pero en general, cuando te lo montas con otra mujer, la penetración digital juega un papel bastante importante.
Los tejidos de la vulva y la vagina de una mujer son delicados, y hay que tratarlos con cuidado. Si quieres asegurarte de que los sonidos que emite tu pareja son gemidos de placer y no de dolor, pasa de los acrílicos y coge el cortaúñas.
8. Coge el lubricante.
El sexo lésbico puede ser más una maratón que un sprint, así que ¡abastécete!
Una de las mejores cosas de tener sexo con otra mujer es que, mientras que un hombre suele necesitar algo de tiempo para reponerse después de un orgasmo, muchas mujeres son capaces de tener múltiples orgasmos sin necesidad de tiempo de inactividad entre ellos. Esto significa que las mujeres lesbianas tienen la oportunidad de tener sesiones maratonianas de sexo que pueden durar horas.
Sin embargo, es muy común que el cuerpo de una mujer tenga algunos problemas para soportar la fricción de una cita prolongada. Para que tú y tu pareja os sintáis cómodos, asegúrate de tener a mano un lubricante de calidad desde el primer momento. No sólo disfrutaréis de la sensualidad de lubricaros el uno al otro, sino que os aseguraréis de que vuestro jugueteo entre las sábanas no se vea interrumpido por la sequedad o las molestias vaginales.
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9. Establece expectativas realistas para tu primera vez.
Si todo va bien, ¡tendrás tiempo de sobra para practicar!
Seamos realistas: el sexo es increíble. Somos (obviamente) grandes fans, y también lo son casi todas las personas que conocemos. Sin embargo, si le preguntas a la mayoría de la gente por su primera experiencia sexual, lo más probable es que te salgan más risitas y escalofríos que suspiros de felicidad.
La verdad es que para la mayoría de la gente su primer encuentro sexual -gay, heterosexual o de otro tipo- es un poco incómodo. Como ocurre con cualquier cosa nueva, hay una curva de aprendizaje. Así que no te estreses si tu primera vez no es perfecta. Forma parte del proceso. Tu pareja y tú le cogeréis el tranquillo enseguida.