Todo Lo Que Necesitas Saber Sobre Tus Zonas Erógenas (Y Cómo Estimularlas)

Cuando alguien te dice "zonas erógenas" (y esperamos que en el contexto adecuado, no mientras estás comprando huevos), ¿en qué lugares sueles pensar?

Lo más probable es que primero piense en su entre-me-down-theres, luego en los pezones, o en el ano, o en ese punto concreto que su pareja encontró una vez detrás de su rodilla y que usted lleva intentando redescubrir desde entonces.

Pero la verdad es que estamos cubiertos de zonas erógenas -áreas sensibles del cuerpo que pueden hacernos sentir excitados, o incluso llevarnos al orgasmo- y descubrir cuáles funcionan para ti puede ser muy divertido. Por no hablar de que es una forma estupenda de pasar un domingo lluvioso.

Para descubrir algunos de nuestros favoritos y descubrir cómo estimularlos para disfrutar de una masturbación, sexo y juegos preliminares alucinantes, sigue leyendo.

¿Qué es una zona erógena?

Derivadas de las palabras ‘eros’ (que significa ‘amor’) y ‘-genous’ (o ‘producir’), las zonas erógenas son cualquier área del cuerpo que, cuando se toca de una determinada manera, produce una respuesta sexual. Puede ser desde un agradable cosquilleo en las partes bajas hasta un orgasmo en toda regla.

No existe una lista fija de zonas erógenas, ya que el cuerpo de cada persona es distinto y reacciona de manera diferente, pero hay algunas zonas que muchas personas han declarado que disfrutan cuando se las tocan, ya sea ellas mismas o su pareja.

Zonas erógenas para todos

Cerebro

Aunque no se puede tocar ni acariciar el cerebro (eso esperamos), es vital a la hora de estimular cualquiera de las otras zonas erógenas porque controla nuestras respuestas sexuales (junto con todo lo demás que hace el cuerpo).

Una zona erógena no va a enviar señales sexuales al cuerpo cada vez que se toca, o todos nos excitaríamos cada vez que nos cepillamos el pelo o fregamos los platos. Se trata de ponerte a ti o a tu pareja en un estado de ánimo relajado y sexy que nos permita explorar y disfrutar de nuestros cuerpos en todo su potencial, y por eso tienes que asegurarte de que tu cerebro esté estimulado, además de tu cuerpo.

Prueba: Leer o escuchar una historia erótica que te ayude a crear el ambiente para tu exploración.

Cuero cabelludo

Hay toneladas de terminaciones nerviosas en nuestro cuero cabelludo, y cualquiera que disfrute de que le masajeen la cabeza cuando va a la peluquería sabrá lo placenteras que pueden ser esas terminaciones nerviosas.

Pruebe: Pasar las manos por tu pelo o el de tu pareja. Si no tienen pelo o lo tienen corto, puedes pasar ligeramente las uñas por la piel para darle un toque especial. Si tiene el pelo largo, agárralo suavemente por la raíz con los dedos contra el cuero cabelludo y dale un tirón firme (pero no demasiado fuerte, sólo lo suficiente para que mueva ligeramente la cabeza).

Orejas

Las orejas tienen un doble beneficio cuando se trata de aumentar tu excitación. En primer lugar, están cerca de los nervios sensibles del cuero cabelludo y el cuello, por lo que puedes disfrutar de esos agradables escalofríos cuando te los tocan; y en segundo lugar, proporcionan a tu cerebro una estimulación sonora. Los sonidos pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de aumentar nuestra excitación, desde la música sexy hasta los sonidos que emiten nuestras parejas cuando se divierten, pasando por las conversaciones obscenas y muchas otras cosas.

Prueba: Acercar los labios a la oreja de tu pareja y susurrarle lo que le vas a hacer; o busca un vídeo ASMR sensual que te ayude a aumentar tus respuestas físicas.

Labios

Hay muchas razones por las que disfrutamos besando, pero la sensibilidad de nuestros labios es una gran parte de ello. Están llenos de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas que son capaces de excitarnos de verdad cuando se estimulan de la forma adecuada.

Prueba: Besar a tu pareja lenta y sensualmente, y luego mordisquearle suavemente el labio inferior con los dientes.

Garganta, cuello y clavícula

Hay una razón por la que muchos de nosotros sentimos cosquillas en la nuca: sí, lo has adivinado, es porque tenemos muchos nervios alrededor del cuello y la garganta, lo que nos hace muy sensibles. Pero si se hace bien, hasta la persona con más cosquillas puede encontrar placer en los besos y caricias en el cuello.

Prueba: Utiliza la lengua y los labios para bajar desde detrás de las orejas de tu pareja, pasando por la garganta y la clavícula. Si estás solo, puedes trazar ligeramente el camino hacia abajo utilizando las yemas de los dedos.

Espalda

En la espalda es donde muchos de nosotros cargamos con el estrés y la tensión. Encontrar la manera de liberar la tensión que tenemos en los músculos de la espalda es una sensación increíble, y puede ser un buen comienzo para una noche sexy. A menudo, acariciar la parte baja de la espalda resulta especialmente placentero porque está muy cerca de la pelvis y es una zona que no se suele tocar directamente de ninguna otra forma.

Prueba: Aplica un aceite de masaje perfumado en la piel de tu pareja con las manos, alternando amasamientos firmes y suaves caricias con las yemas de los dedos.

Pezones

Vale, todos sabíamos que esta iba a llegar. Los pezones son increíblemente sensibles y una de las zonas más nerviosas del cuerpo, debido a su función evolutiva primaria, pero ¿sabías que se estima que alrededor del 1% de las personas pueden experimentar un orgasmo sólo con el juego de los pezones?

Prueba: Aplica una fina capa de lubricante en los bordes de un par de succionadores de pezones, aprieta la pera y colócalos sobre tus pezones o los de tu pareja para crear una suave sensación de succión que aumente la sensibilidad a cada caricia (¡e incluso a la respiración!).

Interior de los brazos, axilas y muñecas

Seguramente te habrás dado cuenta de que el interior de nuestros brazos es mucho más sensible que el exterior. Por suerte, con el tacto adecuado, puede ser una buena idea.

Prueba: Deslizar suavemente un molinete por la parte exterior de tu brazo o el de tu pareja, desde el hombro hasta la punta de los dedos, y luego volver a subir por la parte interior de su brazo. Los molinetes pueden dar miedo, pero en realidad son muy suaves.

Manos y yemas de los dedos

Nuestras manos se utilizan para tantas cosas y son una parte tan importante de nuestro sentido del tacto que es lógico que tengan que ser capaces de sentir muchas sensaciones diferentes (y, de hecho, las yemas de los dedos son las partes más sensibles de todo nuestro cuerpo). Pero aunque las manos pueden utilizarse para dar placer a prácticamente cualquier otra parte del cuerpo, ¡también merecen un poco de amor!

Prueba: Un masaje de manos. Utiliza los pulgares y una crema de manos o hidratante perfumada para amasar las partes más carnosas de tu otra mano o la de tu pareja; acaricia los dedos y tira suavemente de ellos; y gira cada dedo lentamente.

Ombligo

Al estar justo encima de los genitales, el ombligo (y la parte inferior del abdomen que lo rodea) es un lugar ideal para provocarte a ti mismo o a tu pareja antes de que tus manos empiecen a moverse hacia abajo.

Prueba: Rociar un poco de miel o lubricante aromatizado desde el ombligo hasta justo por encima de la línea de la ropa interior, y luego lamerlo todo lentamente.

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Perineo

También conocido como "taint" o "gooch", el perineo es la parte del cuerpo situada entre la vagina y el ano, o entre los testículos y el ano. Debido a la zona en la que se encuentra y a su proximidad a dos grandes nervios (el nervio perineal profundo y el superficial), está en una posición privilegiada para ofrecer placer profundo.

Prueba: Utiliza una mano para estimular los genitales de tu pareja y la palma de la otra para presionar y mecer el perineo.

Ano

Todo el mundo tiene uno, y todos ellos están llenos de potencial para el placer. Hay montones de terminaciones nerviosas alrededor del culo que, cuando se despiertan, pueden potenciar todo tipo de juegos, desde la masturbación hasta el sexo con penetración, pasando por los masajes y mucho más.

Prueba: Aplica un poco de lubricante anal en tu dedo y masajea suavemente el exterior de tu ano o el de tu pareja. Si tú o tu pareja os sentís preparados, podéis probar a penetrar lentamente, pero despacio, escuchando y sólo hasta donde os sintáis cómodos.

Interior de los muslos

Al igual que el interior de los brazos, la suave piel del interior de los muslos es muy receptiva al tacto. Prestarles atención puede ser estupendo para anticiparte a lo que está por venir.

Prueba: Besar el interior de las piernas de tu pareja, deteniéndote justo debajo de sus genitales y utilizando una mezcla de lengua, labios, dedos y aliento para acariciar el interior de sus muslos.

Parte posterior de las rodillas y tobillos

Aunque la parte posterior de las rodillas puede parecer un lugar extraño para considerar una zona erógena, muchas personas han descubierto que las zonas donde los vasos sanguíneos están más cerca de la piel (como la parte posterior de las rodillas) son más sensibles al tacto. Oye, ¡nos apuntamos!

Prueba: Rozar ligeramente la parte posterior de las piernas de tu pareja con un cosquilleo de plumas, utilizando una mezcla de movimientos largos y lentos y remolinos.

Pies

Los pies tienen mucho más que ofrecer en cuanto a placer de lo que mucha gente cree, y algunas escuelas de pensamiento creen que ciertas zonas de los pies se corresponden con otras zonas del cuerpo, lo que significa que si les prestas un poco de atención, ¡podrías estar iluminando muchos lugares diferentes a la vez!

Prueba: Un masaje de pies. Coge el pie de tu pareja (¡o el tuyo propio!) y aplica presión con los pulgares en las partes de la planta del pie que tocan el suelo. Para los arcos, usa un toque más suave, pero hazlo despacio si ese pie te hace cosquillas.

Zonas erógenas en hombres y personas con pene

Todo Lo Que Necesitas Saber Sobre Tus Zonas Erógenas (Y Cómo Estimularlas)

Pene, prepucio y frenillo

Aunque "pene" se utiliza para referirse a todo el apéndice masculino desde la base hasta la punta, hay un par de zonas especialmente divertidas en las que podrías intentar centrarte.

El prepucio (en los penes no circuncidados) se refiere a la doble capa de tejido que puede enrollarse sobre la cabeza del pene, y contiene terminaciones nerviosas especiales llamadas corpúsculos de Meissner que ofrecen una fina sensibilidad al tacto que lo convierte en la Central de Sensaciones.

El frenillo es la fina tira de tejido que conecta el prepucio con la cabeza del pene, ¿y adivina qué? También está lleno de terminaciones nerviosas. Asegúrate de tratar esta zona con mucho cuidado, ya que a veces puede resultar dañada si tú o tu pareja sois demasiado enérgicos.

Prueba: Pasar ligeramente la lengua por el frenillo durante el sexo oral, o utilizar un pulgar bien lubricado para realizar movimientos largos y envolventes durante las pajas y la masturbación.

Escroto y testículos

Todos sabemos que los testículos están diseñados para ser hiperreactivos al tacto con el fin de protegerse, pero hay muchas maneras de estimular tus testículos o los de tu pareja sin causar molestias ni daños.

Prueba: Coge los testículos con la palma de la mano y extiende los dedos hacia arriba. Suavemente (¡y queremos decir suavemente!) tira de ellos hacia abajo para crear una agradable sensación de tirón en el escroto.

Próstata

Aunque es más fácil acceder a ella a través del ano, la próstata (o punto P, o punto G masculino) forma parte del aparato reproductor masculino y se sitúa alrededor de la uretra. Es responsable de la creación de gran parte del líquido que compone el semen. Como forma parte de la respuesta sexual masculina -lo has adivinado-, cuando se estimula ofrece un placer adicional, e incluso puede desencadenar un orgasmo sin necesidad de estimular el pene.

Prueba: Introduce uno o dos dedos bien lubricados en el ano y presiona con la punta de los dedos hacia el lado donde está el pene. A un par de centímetros, deberías notar una zona abultada más firme y con una textura diferente al resto (un poco como una nuez). Una vez la hayas encontrado, flexiona las yemas de los dedos hacia delante y masajéala con un movimiento de "ven aquí".

Zonas erógenas en mujeres y personas con vulva

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Clítoris

Si alguna vez has dudado de que el clítoris sea la clave del placer sexual para las personas con vulva, aquí tienes un dato. El glande (o cabeza) del pene contiene unas 4.000 terminaciones nerviosas, el clítoris contiene El doble Eso. Uf.

Cuando mucha gente se refiere al clítoris, piensa que se trata de la "protuberancia" firme que se encuentra sobre el orificio de la uretra, y quizá sea cierto que es la parte más evidente. Pero el clítoris, como un iceberg, tiene mucho más que ver con la superficie y, de hecho, se extiende por debajo de los labios vaginales, por debajo de la mayor parte de la vulva. Esto significa que es posible estimular el clítoris indirectamente a través de los labios, lo que es estupendo si a ti o a tu pareja os resulta un poco… Demasiado Sensible.

Pruebe: Utilizando los dedos, la lengua o un vibrador de bala, crea círculos alrededor de la cabeza del clítoris (la parte dura que puedes sentir), luego acaricia hacia abajo y hacia arriba cada lado de los labios. A partir de ahí, ¡puedes encontrar todo un abanico de nuevas posibilidades de estimulación!

Vagina

Mucha gente piensa que "vagina" se refiere a todo lo que hay ahí abajo (vulva, labios, clítoris e incluso uretra), pero en realidad la vagina es sólo el canal que va desde el exterior del cuerpo hasta el cuello del útero en el interior. Aunque es un lugar muy placentero por derecho propio, sólo alrededor del 30% de las personas con vagina pueden alcanzar el clímax mediante estimulación vaginal únicamente.

Prueba: Utilizar un consolador estriado o abultado como éste (con abundante lubricante) para penetrar en la vagina y, a continuación, mover el juguete con un suave movimiento de vaivén para masajear los nervios del interior.

Punto G

Situado unos centímetros dentro de la pared frontal de la vagina, el punto G es una de las zonas más llenas de nervios dentro de la vagina, y a menudo puede ser la clave para un orgasmo con penetración.

Encontrar el punto G puede llevar algo de tiempo debido a su posición (y al hecho de que no el punto G de todo el mundo tendrá el mismo tamaño), pero la forma más fácil es usar los dedos y palpar en busca de una zona elevada, con cresta y firme de unos 5 a 7 centímetros.

Pruebe: Cubre un vibrador para el punto G con lubricante y deslízalo dentro de la vagina con la punta curvada apuntando hacia la parte delantera del cuerpo, luego ve pasando por los modos de vibración hasta que encuentres uno que te haga sentir Realmente Bien.

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Paulina López

Me llamo Paulina López y he pasado los últimos diez años de mi vida explorando el siempre cambiante mundo de los juguetes sexuales. Como mujer, creo que comprender nuestro propio cuerpo, abrazar nuestros deseos y buscar el placer son componentes esenciales de una vida plena. El propósito de esta autobiografía es compartir mi trayectoria como revisora de juguetes sexuales, las experiencias y lecciones que he aprendido, y el impacto que mi trabajo ha tenido en mi crecimiento personal y en la vida de los demás.

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